a decisión personal del nuevo vicepresidente de Desarrollo Económico de invertir en una empresa un millón de euros a través de un préstamo participativo de Sodena pero sin que Sodena haya estudiado el caso ni emitido informe alguno es un inicio pésimo, por mucho que el propio Ayerdi explique que es una empresa que se adapta perfectamente al futuro empresarial navarro que se pretende buscar y que era un dinero que la empresa necesitaba o ya o ya. Esto no funciona así, no funciona con informes de un departamento que es el que los traslada al gobierno para que adopte un acuerdo en el que se inste a Sodena a meter la pasta ya, porque entonces Sodena no sirve para nada, más que para decir amén a lo que diga el gobierno, y no le hace falta gerente -que aún no tiene- ni consejo de administración ni trabajadores ni nada. Y arrancando así no solo se echa sombra sobre este caso concreto sino sobre futuros". Este entrecomillado forma parte de la columna publicada aquí el 22 de octubre de 2015. Sigo opinando igual, sin saber, por supuesto, si Ayerdi ha cometido o no delito alguno, aunque mi impresión personal es que no. Luego, el listón autoimpuesto por el gobierno del cambio en 2015 y ratificado por el Parlamento en 2018 en relación a la dimisión automática de imputados o investigados cuando cualquiera con dos dedos de frente sabe en manos de qué lado del arco ideológico está la justicia y por tanto cuánto daño puedes hacerte a ti mismo de manera gratuita si luego se certifica que no se cometió delito alguno quizá se lleve por delante a un consejero que, como ya se ha plasmado, actuó incorrectamente en ese primer préstamo pero que quizá salga indemne del proceso. Hay que ser honesto, parecerlo y actuar así desde el minuto 1. Pero cuando empiezas en el minuto 3 y además pones a huevo una ley para que te larguen quizá debes pararte a pensar si no has sido un poco gilipollas.