alvo Maya (7-4-1959, Ganímedes), el resto ya sabemos que no va a haber fiestas patronales este verano y que el verano, más o menos, será similar al anterior, a pesar de que avance la vacunación y notemos mejoría en ingresos y muertes pero quizá por eso mismo nos relajemos más y notemos índices de contagios superiores a 2020. En todo caso, el verano dependerá de que la vacunación logre hacer de pantalla para contagios, ingresos y fallecimientos. Hasta dónde lo haga será la clave de que nos podamos mover más o menos. Movernos parece ser que podremos, porque somos el bar de Europa, su balneario y además parte básica de nuestra economía gira en torno al turismo y a los sectores que de él cuelgan. Con lo cual, seguro que nos movemos. Pero es obvio que no como en 2019. Así que nos moveremos como en 2020, aproximadamente. ¿Y qué paso en 2020, amigos y amigas navarras? Que en muchos casos hubo colapsos en puntos concretos de Navarra. Colapsos, invasiones, problemas, atascos, enfado vecinal, enfrentamientos y exceso de personas concentradas en demasiados pocos puntos. Ante esto, el Gobierno de Navarra estuvo a por uvas y le pasó por delante la situación mirando como las vacas al tren, contemplando cómo ciudadanos que antes estaban en los bares, en sus piscinas municipales o privadas, en sus fiestas patronales, en Salou o en Disneyland París pues se iban a conocer Navarra en masa. Esto puede volver a ocurrir, en mayor o menor medida. Ha habido tumultos cuando las nevadas de diciembre y enero, en puentes, en fin de semanas, etc. Y aunque abran mugas y les meemos las playas a los guipuzcoanos, cántabros y catalanes, muchos seguiremos por aquí con ganas de movernos, porque sigue habiendo ganas. Así que confío en que alguien ahí dentro haya pensado ideas para encauzar esta energía que, de tan positiva, en algunos puntos se convierte en negativa. ¿Mucho confiar?