a disculparán que hable de los niños y niñas de más de 6 años, puesto que al ser padre de uno parezco Umbral y su mítico "yo solo he venido a hablar de mi libro", pero es que con esto del covid se están jalando con patatas una normativa que si nos la endosan a los adultos estaba dao fuego Diputación. Los niños y niñas de más de 6 años están obligados a usar mascarilla en clase. Bien, es un espacio cerrado y a día de hoy esa es la normativa y se supone que aunque haya pocos contagios y se ventile y tal pues en lugares cerrados es mejor prevenir. Aceptemos pulpo como animal de compañía a la vez que fuera ampliamos horarios de todo cristo -y olé- y mejoramos aforos y nos planteamos ir recuperando espacios y actividades. Lo tétrico es que estos niños y niñas, como bien recordaba ayer en páginas interiores una profesora de Biología de un instituto, están obligados a llevar la mascarilla también en los patios. Los de 6 a 12 años y los de 12 años en adelante. Con mascarilla en los patios. Patios todos ellos abiertos, como son abiertos parques, terrazas, playas, piscinas, montes, calles, etc. Desde que se eliminó la obligatoriedad del uso de mascarilla en exteriores salvo si no se guardaba la distancia mínima de 1,5 metros no creo que a nadie se le haya dado el alto por no guardarla y todos nos hemos relacionado normalmente en esos ámbitos. Menos los alumnos de Primaria y Secundaria, que, ya sea en los dos patios de 20 minutos que tienen unos y en la media hora que tienen otros, deben seguir llevando el cacharro si o sí: los de 6 a 12 años se pegan 5 horas y cuarto seguidas con el trasto, los mayores nada menos que 6. Y nada, así sigue yendo la cosa, con total normalidad democrática, endosándoles a ellos y ellas las restricciones más peregrinas y punkis, cuando además los centros escolares han sido lugares muy seguros todo este tiempo. Y a cielo abierto, ni te cuento.