"El día 15 de agosto de 1936, a eso de las dos o las tres de la mañana, vinieron a casa dos del pueblo: Julio Redín, que murió en el frente, un camión le explotó -que todo el mundo decía que había sido un castigo, porque él aparte de que vino, es el que estuvo con mi hermana, que abusaron todo lo que quisieron de ella. El otro era el Churrero, que ya murió también, desnucado. Uno falange y otro requeté. Y vino también una pareja de la Guardia Civil." "Cuando la subieron al Ayuntamiento la violaron todos. Ya no la podían dejar como estaba, por lo que tenía de hablar de ellos. O sea, que la mataron porque hicieron barbaridades con ella." Pilar Lamberto, hija de Vicente y hermana de Maravillas, de Larraga, asesinados en la guerra.

"La descubrieron porque había mucho olor. Hubo que quemarla . El cadáver estaba muy descompuesto. (?) Los perros le habían comido todo el gordo de las piernas , y hubo que matar a todos los perros del pueblo porque habían comido la carne. Tratamos de cogerla para llevarla a enterrar a esa huerta nuestra , pero no se podía, se deshacía. Entonces aquí mismo se quemó todo". Vecinos de Ibiricu, lugar en el que asesinaron a Vicente y Maravillas.

Estos y muchos otros testimonios recogió en 90 localidades de toda Navarra José Mari Jimeno Jurío desde 1974 hasta e 1981, a pesar de las amenazas de muerte y de la losa de silencio y miedo que lo cubría todo. 3.500 fichas con todo tipo de detalles, que se acaban de publicar en una obra de dos tomos La represión en Navarra (1936-1939), editada por Pamiela con la ayuda del Gobierno de Navarra. Grande Jimeno Jurío. Grande. Y grandes también su hijo Roldán y todos los que continúan trabajando para sacar a la luz todo esto que los herederos y los amigos de los cuneteros se empeñan en ocultar.