ué más le puede pasar a Esparza? En pocos días lo hemos visto traicionado por sus diputados en Madrid, Sayas su contrincante dentro del partido y por su, hasta ahora, fiel escudero García Adanero. Lo hemos visto humillado pidiendo perdón a Sánchez desde el minuto uno. Le hemos escuchado reconocer que estaba pactando a escondidas con el PSOE y le hemos visto sudar intentando escurrir el bulto cuando se le ha preguntado por el contenido de ese pacto. Y para colmo el Comité de Disciplina de UPN lo deja de lado y decide no echar a los tránsfugas como él quería, sino suspenderlos de militancia temporalmente. Añora la Navarra de los quesitos de Sanz en la que UPSN se bastaba y se sobraba. Quiere recuperar a su PSN monaguillo y, como sabe que la manera de llegar al corazón de Chivite es a través de las órdenes de Pedro Sánchez, ha echado toda la carne en el asador... y ha salido chamuscado.

Pero Chivite también ha salido muy perjudicada. Sus socios de gobierno se quejan de que no da la cara en las comisiones de seguimiento del pacto y ahora, además, su infidelidad ha quedado al descubierto de la manera más escandalosa. ¿Cuánto tiempo llevaba poniéndoles los cuernos a sus socios? ¿Era sólo porque se lo mandan de Madrid? ¿Está dispuesta otra vez más a ser la criada de UPN? ¿A cambio de qué? Los votantes tienen que estar más que mosqueados. Veremos lo qué contesta hoy en el Parlamento.

La geometría variable en política es buscar en cada momento el aliado más adecuado según interese, por encima de principios, compromisos y otros "inconvenientes". Los políticos lo entenderán, pero los votantes, desde luego, nos quedamos con dos palmos de narices ante estos trapicheos, ¿o no?