la candidata del PP a la comunidad de Madrid se llama Isabel Díaz Ayuso y es una estrella de la nueva política estilo twitter. Tiene la desinhibición y el desparpajo de la guapa gente de derechas, que decía Umbral. Su última gracia: “Un día os iréis de vacaciones y cuando volváis Podemos le habrá dado vuestra casa a sus amigos okupas”. Toma ya. ¿Cómo reaccionas a eso? Las redes se parten con ella. Es una genia. Es la que dijo que echaba de menos los atascos nocturnos de Madrid porque le parecían una muestra de que la economía iba bien. Me recuerda a la promesa que ha hecho aquí el candidato Enrique Maya: dejar Pío XII como estaba antes y recuperar las 66 plazas de aparcamiento en la calle. Esperemos que no quiera hacer lo mismo con la avenida Carlos III. En fin, la obsesión de UPN con la remodelación del tráfico en Pío XII ha llegado a adquirir visos de delirio hilarante. Todos los días hablan del caos de Pío XII. Es compulsivo. ¿Caos? Paso a menudo por allí. ¿Qué caos? Todos los responsables y expertos urbanísticos de las ciudades de Europa llevan años pensando muy en serio y haciendo las modificaciones necesarias para limitar el tráfico de coches, proteger las zonas verdes, favorecer la peatonalización, aumentar y conectar los carriles para bicicletas y fomentar el uso del transporte público y los vehículos no contaminantes. Esto es algo irreversible. Es una urgencia. No tiene vuelta atrás. Si un alcalde de una ciudad europea hiciera lo que dice Maya, sería portada en todos los semanarios humorísticos del continente y los Buenafuentes y Wyomings del mundo tendrían un filón. Desde ese punto de vista, a lo mejor nos merecería la pena. Pero nadie va a hacer algo así. Ni sus propios votantes lo quieren, que yo sepa. No hay que inventar problemas. ¿Volver atrás? No, gracias