Se acabó, Extremoduro han decidido que hasta aquí llegan. Después de himnos que han sido no sé si generacionales pero sí genuinos vuelos por noches en llamas, trallazos al filo y poesía descarnada y salvaje finiquitan más de treinta años de historia con altibajos, aunque Robe y Uoho seguirán en lo suyo por separado. Entretanto en el Arenal de Bilbao los troncos de los plataneros se han enfundado su red de micro leds dorados como luciérnagas que los transforman en un bosque mágico. Si te seduce ejercer de Caperucita con tu cestita aquí se está escribiendo tu página preferida del cuento, esa en la que decenas de lobos y lobas te asaltarán en el camino desde sus casetitas de madera ofreciéndote figuras de belén, tazas de cerámica, anillos, telas y juguetes que te harán reírte de tu cesta y necesitar un trailer. Puede que en alguno de esos puestos te envuelvan tus regalos con un periódico desde el que te saltará al cuello un Trump agresivo como una serpiente cercada en el supermítin que dio anteayer. Aunque tiene tan amamantados a sus votantes que todavía va a ser capaz de rentabilizar la lacra de ser sometido a juicio político. “En realidad no van a por mí, van a por ti”, avisa a sus crías. La imagen te acalora pero sobre todo lo hacen los 20 grados a los que avanza este diciembre que terminará por ahorrarte la escapada invernal a Canarias, aquí también tenemos palmeras. Y la mayor pista del Estado de “hielo ecológico”, que viene a ser un plástico grueso, duro y poco deslizante. No lo podrán probar un exdiputado y dos exmiembros del Araba Buru Batzar porque se estarán repartiendo 23 años de cárcel. El PNV pasa por caja en la mayor trama de corrupción de Euskadi. “Que no, que ha sido solo un momentito de bajada, que aquí no pasa nada. Na-na-na-ná, na-na-na-ná, na-na-na-ná, na-na-na-na-na-ná!”. (Buscando una luna, Agila, 1996).