Mientras los sanitarios reciben el material mínimo que necesitan, no ya el refuerzo humano, para seguir destilando su ciencia, experiencia y humanidad. Mientras se cotejan los datos de los registros civiles para acercar la cifra diaria de los muertos sin abrazo familiar en hospitales a la de los muertos reales, que también se apagan en casas y residencias. Mientras se fabrican las incontables mascarillas que emplearemos y desecharemos 47 millones de personas en la siguiente fase de la pandemia, la de recuperar las calles. Mientras intentamos no pensar excesivamente en qué va a ocurrir con nuestros trabajos presentes o proyectos futuros. Mientras tanto te veo buceando entre peces minúsculos junto a una costa rocosa con los ojos como platos lavados por primera vez en el octavo mes del año. Mientras tanto dibujas un pulpo en el antebrazo terso, suave y blando de tu sobrino bajo su mirada exigente y admirada. Mientras tanto esos amigos a los que en tu vida anterior y en la que será posterior consigues ver cada seis meses o cada año se te meten en casa en dos dimensiones a la hora del vermú del sábado porque "es difícil coincidir" se ha desintegrado como argumento. Mientras tanto los vecinos de los que te habían alejado inefables reuniones de comunidad te han dejado una tortilla de patata en el descansillo. Y tú a ellos, unas galletas bienintencionadas pero un poco secas. Mientras tanto avanzas en tu máster de Gestión y Rentabilización del Tiempo, la Saturación y la Claustrofobia. O no. Mientras tanto el padre de tu amiga cae en un campo de batalla inaccesible. Mientras tanto Martin Amis, Cristina Morales, Ian McEwan, Amin Maalouf, Siri Hustvedt, Cho Nam-Joo u otros han encontrado hueco junto a ti en el sofá, en el suelo y en la cama. Mientras tanto te has hecho catador profesional de maltas, taninos y aliños de aceituna, y tu cintura y tu cadera, siamesas. Mientras tanto.