altamos muros que parecían insalvables y conquistamos fortalezas inexpugnables. Al final es cuestión de tiempo, talento, constancia y esfuerzo, es decir, cuestión de dinero. Puri Fortes tiene nombre de costurera que a ratos suelta la aguja para convertirse en superheroína de cómic de 1979. No sé si a ella le agradará la comparación, pero en lo que hace reside algo de esa dedicación minuciosa y de la capacidad de sobrevolarla para trasladarla a otro nivel. Esta mujer es investigadora del Programa de Terapia Génica del CIMA (Universidad de Navarra) y coordina el proyecto BLANCA. A finales de 2023, que en términos temporales de investigación es mañana por la tarde, este proyecto habrá alumbrado un prototipo de vacuna contra el cáncer de mama. Concretamente contra el triple negativo, el peor. Escucharlo en la radio mientras conducía estuvo a punto de sacarme de la autopista por el impacto y también para celebrarlo. Resulta que atravesar el páramo para muchos letal del covid nos ha proporcionado herramientas muy válidas. La técnica empleada en la vacuna que la mayoría llevamos puesta se aplica ahora a frentes como este, combinada con el estudio del RNA y las nanopartículas. El gran hallazgo no es un pinchazo preventivo que evitará que quienes pudieran desarrollar este cáncer de mama lo hagan. No es la vacuna de la gripe. Es una vacuna para pacientes enfermas que activará su sistema inmunológico. Así el propio cuerpo identificará el tumor, sabrá cuál es, dónde se esconde exactamente y hacia dónde avanza, podrá luchar contra las células cancerígenas. La superheroína no trabaja sola, claro. La acompaña en su misión un equipo humano esencial y una tecnología subvencionados por el Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra con 1.250.000 euros. No sólo aquí invertimos en investigación. En el Hospital NYU Langone de Nueva York se ha trasplantado el riñón de un cerdo a una persona. Evitaría necesitar una muerte para recibir un órgano. Otro hito. Otro muro que cae. Este traerá debate.