En el nuevo organigrama del Ayuntamiento de Pamplona, desaparece Política Lingüística, al menos con ese nombre, y se difuminan las áreas de Igualdad y Juventud. Ya se han revocado dos convocatorias, ya publicadas en el BON, una para técnico/a de juventud y otra para técnico/a de igualdad, en las que se pedía saber euskera. Dos pájaros de un tiro. O tres. Menos igualdad, menos juventud y, sobre todo, menos euskera. El nuevo ayuntamiento será identitario, y su política lingüística, transversal y a la contra. La política de igualdad, no se sabe. Maya ha mostrado su satisfacción por la sentencia del Supremo sobre La Manada, pero hasta ahora había pasado bastante de puntillas sobre el tema. Incluso llegó a criticar al Ayuntamiento anterior de “perjudicar a Pamplona y a la fiesta” por dar, con su beligerancia, excesiva visibilidad a la violación de San Fermín. Bendita visibilidad que ha concienciado a tanta gente y, a la postre, cambiado la jurisprudencia. Otro tema que nos va a hacer famosos es Pío XII. Maya nos anuncia la vuelta triunfal del coche al corredor, en detrimento de las diabólicas bicis. Pamplona se convertirá así, con Madrid, en la única ciudad europea donde su ayuntamiento rescata espacios para vehículos contaminantes en perjuicio los que no lo son. Un buen dato para la promoción internacional de la ciudad. Otro lo constituye la recuperación de la entrañable presencia municipal en la procesión del Corpus, interrumpida durante el laico interregno de Asirón. Observo que se conserva la tradición de que los niños y niñas que apenas un mes antes hicieron su primera comunión acompañen ese día a la comitiva eclesiástica ataviados con las galas con las que se estrenaron en la Eucaristía. Lo lógico sería que, el año que viene, Maya y sus ediles/as, acudieran al acto vestidos de marineritos y princesitas, detalle que contribuiría a dar realce a la celebración y a poner en el mapa a la ciudad.