aya por delante mi respeto a los colectivos animalistas en su pelea contra la tauromaquia que, al igual que millones de personas, sienten como tormento y asesinato. Están en su derecho. Lo que no acabo de entender es el afán de PETA en presentarse como un lobby dispuesto a pagar para doblegar la voluntad de los representantes públicos. Lo habrán pensado mucho, pero no veo al alcalde de Pamplona cancelando "definitivamente los crueles encierros" por los 298.000 euros que PETA propone entregar a la ciudad. El año pasado, ofreció a Maya 250.000 euros con el mismo objetivo y esta semana ha incrementado la cifra en 48.000, simbolizando los 48 morlacos que "no serán sometidos a la aterradora estampida y horrible muerte en las fiestas anuales". Los animalistas aseguran asimismo que buscarían refugio a todos los astados en un santuario, entiendo que tras comprarlos. Aquí les fallan las cuentas porque, teniendo en cuenta el precio medio de las ganaderías y que se olvidan de los festejos del 5 y 6 de julio, dudo que Pamplona acceda a este intercambio para perder dinero. Además, la propuesta culminaba ofreciendo alternativas a los encierros, "vestigios de sociedades menos evolucionadas", tales como carreras de patines o ante bolas gigantes y toros inflables. Me cuesta verlo...