un mes después de la aplicación del artículo 155 Catalunya se ha templado a la espera del inicio de la campaña electoral, el 5 de diciembre, cuando retomará efervescencia e intensidad. Para empezar, los ocho exconsejeros de la Generalitat encarcelados pedirán hoy prestar declaración ante el Supremo. Los exconsejeros del PDeCAT y ERC buscan quedar en libertad con el objetivo de participar en la campaña electoral del 21-D y que no quede lastrada por la existencia de candidatos entre rejas. Todos ellos expondrán su renuncia a la unilateralidad para alcanzar la independencia. El sentido común, a veces reñido con el jurídico, arroparía su excarcelación. Mientras, los dos principales líderes del procés mantienen una soterrada lucha por la hegemonía desde la distancia. Física y estratégica. Desde Estremera -y privado de libertad- Junqueras ha diseñado una hoja de ruta firme y trabajada para “hacer república” con una visión menos cortoplacista. Asumiendo sin ambages que a ERC ya le toca liderar el proceso quiere afrontarlo sin la rémora directa de un PDeCAT que ha ido dando tumbos ideológicos y electorales. Y con la impenitente mácula de la corrupción como telón de fondo. Junqueras apuesta pues por una visión más de izquierdas y más de futuro. Sin complejos y para llegar a su objetivo de forma no traumática. A cientos de kilómetros, desde Bruselas, Puigdemont sigue reivindicando su legitimidad de president. La va a explotar electoralmente hasta el final sin miramientos con un PDeCAT desaparecido en combate que ha optado por desaparecer como partido para salvar la cara en las urnas antes que refundarse y fortalecerse como formación política que ha marcado la impronta de la Catalunya de las últimas décadas. Pero su seriedad queda en entredicho cada vez que abre la boca. La última bufonada ha sido plantear un catalexit, un mes después de implorar el amparo de la UE a la independencia. Las encuestas parecen haber amortiguado el descrédito de su partido y su lista puede concitar más apoyos de los esperados. Sobre todo desde ERC. Pero, como las formacionespopulistas, va dando bandazos por un puñado de votos.
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