Donald Trump acaba de recibir un nuevo torpedo a su línea de flotación como presidente de Estados Unidos. Su pasado sexual lleno de desprecios hacia las mujeres y de comportamientos con ellas tan denigrantes como soeces se están volviendo en su contra y suponen ya una seria amenaza para el presidente más estrafalario e incapacitado para el cargo en 241 años de existencia de EEUU. Stephanie Clifford, cuyo nombre artístico en el mundo del porno es Stormy Daniels, rompió el domingo por la noche en una programa de máxima audiencia televisiva -se supone que previo paso por caja- su silencio sobre su relación carnal con Trump en 2006 y 2007. El presidente se enfrenta a una tormenta de imprevisibles consecuencias que despierta muchas preguntas sin respuesta sobre su comportamiento y moralidad. Al electorado norteamericano no le importa demasiado con quién se acuestan sus presidentes -que se lo digan a Bill Clinton-, pero lo que no toleran es que se les mienta. Trump y sus abogados niegan que esa relación existiera pero Stormy (literalmente Tormenta) Daniels expuso en el plató suficientes detalles morbosos como para reforzar su credibilidad frente a la del presidente. Con dos detalles no menores: el abogado de Trump compró su silencio con 130.000 dólares tras ser nominado candidato republicano a la Casa Blanca y la actriz ha denunciado amenazas y extorsiones al más puro estilo mafioso. Otras dos mujeres, una exmodelo de Playboy con la que compartió lecho también ya estando casado, y una exconcursante de un programa de su cadena televisiva que afirma que Trump abusó sexualmente de ella, cierran el círculo judicial sobre este misógino personaje que ha dado la callada por respuesta pero que podría tener que ir a declarar ante los jueces. Corea del Norte y sus armas atómicas, Rusia y sus incontables injerencias, México y su muro de la infamia, China y la guerra comercial en ciernes.... todo ello puede ser pecaba minuta para hacer caer a Trump comparado con la determinación de estas tres mujeres que han sufrido los miserables zarpazos de Trump.
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