l primer golpe en la mesa -Teruel Existe, logrando un escaño en las Cortes- se lo tomaron a chufla, con desprecio y chistes malos sobre pueblerinos paletos, pero fue como la primera grieta en una presa: la España vaciada está hasta los mismísimos y ahora sabe mucho mejor cómo defender sus derechos, porque si cunde el ejemplo turolense en otras comunidades se puede plantar en Madrid con una docena o quincena de diputados y ser clave en la suma de mayorías.

Y es que, por encima de cualquier otra cuestión, tienen razón: o se cambia el modelo centrípeto o el mapa de población de España será para siempre una estupenda rosquilla, con Madrid rodeada de un desierto y el resto de la gente en los límites exteriores de la península, donde no llega del todo la aspiradora madrileña. ¿O es que a alguién le parece aceptable que la densidad de población de la comunidad de Madrid sea de 841 personas por kilómetro cuadrado y la de las comunidades que la rodean sea de solo 25 (Castilla y León) y 26 (Castilla-La Mancha)?

Por fortuna, algo se empieza a mover. Por convicción o, más probable, porque ya le ven las orejas al lobo -hay encuestas que auguran hasta 15 escaños a la nueva coalición España Vaciada-, los partidos de ámbito nacional ya hablan por fin de cambiar el flujo y repartir con equidad los recursos. Bueno, todos salvo los ayusistas -ya saben, la que dice (y nos tememos que se cree) que "Madrid es España"- y la derecha en general, que asocia descentralización a desintegración, sobre todo si hablan idiomas rarunos en ver de usar el español, con lo universal que es.

No va a ser fácil, por supuesto, porque las inercias y las resistencias serán innumerables, pero habría que ponerse a ello cuanto antes. Y qué menos que comenzar por esas cosas que causan vergüenza ajena, aunque solo sean como símbolo de un tiempo de cambio. Nos referimos, por ejemplo, a que el Museo Naval de España y la sede central del Instituto Oceanográfico no estén "donde el mar no se puede concebir", que cantaba Sabina, sino en una ciudad costera, que no será por falta de ellas. Y, ya puestos, que la Dama de Elche esté en Elche, el Guernica de Picasso en Gernika o el principal museo de Sorolla en Valencia. Que no sería un mal comienzo.

¿A alguien le parece aceptable

que la densidad de población de la comunidad de Madrid sea de 841 personas y la de las comunidades que la rodean sea de 25 y 26?