oy es un día para salir a la calle y volver a sentir el placer de pasear entre libros, recuperar la sensación de zambullirte en las nuevas historias que están a la espera de ser leídas y dejarte mecer en el amplio mar literario sin pensar en otras olas. La pandemia, que todavía sigue persistente entre nosotros, ha sido, contra todo pronóstico, una buena aliada para una parte de la cultura, esa que nos invita a parar y mirar nuestro mundo interior. La cultura de disfrute individual, de crecimiento personal, de aprendizaje continuo. Leer en pandemia ha sido mucho más que un placer, ha sido y es una rama a la que agarrarte cuando el árbol de la vida se tambalea con fuerza. Leer ha sido la posibilidad de seguir soñando mundos posibles cuando todo parece imposible, de coger vuelo cuando no puedes moverte de tu comunidad, de vivir intensamente sensaciones nuevas, ahora atrapadas en el estado de alarma pero siempre dispuestas en las páginas. Los libros nos han permitido alejarnos de la realidad, de la incertidumbre, de la angustia, de la frustración ante unos acontecimientos cambiantes día a día, en los que apenas ha quedado espacio para la esperanza. Pero hay esperanza. Igual que hay lectores, lectoras, escritores, escritoras, editores, poetas, libreros, bibliotecarias... que han sabido resistir y salir reforzados después de un año difícil en el que a fuerza de aguantar se han convertido en una parte esencial de nuestra vida y de nuestra salud, yo diría que en una vacuna necesaria siempre contra la ignorancia y más en estos tiempos. Los libros nos evaden y entretienen pero también nos forman y nos informan y con ellos adquirimos conocimientos esenciales para ganar libertad. Dicen los datos que con la covid ha aumentado el índice de lectura y se han mantenido las ventas de libros en niveles aceptables para un sector ya castigado por crisis anteriores. Y lo que es más importante, que hemos sabido valorar el gran tesoro que se esconde en un libro, un tesoro al alcance de casi todos y todas porque un libro se compra una vez pero se puede leer miles de veces por diferentes personas con una misma inversión añadiendo únicamente tu tiempo. Tiempo de lectura como una inversión rentable siempre. Tiempo hoy de celebrar el Día del Libro y agradecer al sector su capacidad de resistencia, esa que nos ha permitido llegar hasta aquí.

Leer en pandemia ha sido mucho más que un placer, ha sido y es una rama a la que agarrarte cuando el árbol de la vida se tambalea con fuerza