ahora qué? Esa es la pregunta que está en el aire y que nos hacemos muchas personas. ¿Ahora que ya no esta en vigor el toque de queda y decaen las medidas más restrictivas con las que llevamos viviendo meses, ahora qué? La respuesta no es fácil, pero hay que buscarla y según dónde se encuentre será una o será otra. Ahora, como siempre, la actitud es la clave y la actitud antes es individual aunque la suma cree colectividad. Ya no tenemos que actuar según lo que nos dejan o no hacer, sino según lo que sabemos que nos conviene. Es nuestra decisión y podemos elegir. Realmente la libertad no es hacer lo que te da la gana, sino tener la posibilidad de elegir. Elegir hoy sabiendo que de lo que hagamos dependerá lo que sigamos pudiendo hacer mañana. Las recomendaciones sanitarias nos las sabemos de sobra y es verdad que la respuesta de la sociedad navarra mayoritariamente ha estado a la altura y es bueno creer que seguiremos estando, mantener intacta la confianza, pero es difícil no dudar. El hartazgo, el cansancio, las ganas, no lo justifican todo, simplemente porque el virus sigue en el aire y tenemos que tenerlo presente aunque no lo veamos. Vivir no como antes, sino como toca vivir este presente complejo. No ayudan mucho algunos mensajes contradictorios que se están lanzando estos días por parte de algunos responsables políticos, porque aunque todavía sean frágiles necesitamos algunas pequeñas certezas. Y ayuda menos escuchar a Pedro Sánchez hablar del estado de alarma como algo del pasado, como si ayer no fuera todavía parte de nuestro presente, como si lo que nos llevó en octubre a esa complicada decisión de poner límite de derechos fundamentales se esfumara de repente. No es pasado, es parte de lo que somos y de nuestra actitud y será parte de lo que seremos porque este tiempo de restricciones nos ha cambiado, seguro. Hay que tener memoria siempre y asumir lo vivido, no lanzarlo de golpe al cajón del pasado, intentando pintar un futuro azul cuando todavía tenemos días negros por delante. Mal asunto los partidos que olvidan y no asumen el pasado. No sé, en medio de tanto discurso de reproche, de tanto caos judicial, se echa en falta precisamente altura de miras y ver ese pasado que sigue siendo presente. Seguir reconociendo lo mejor que tenemos con o sin pandemia: todo el personal sanitario. Ellos y ellas son los grandes olvidados de ese pasado que, les guste más o menos, todavía es presente.

El estado de alarma no es pasado, es parte de lo que somos y será parte de lo que seremos porque este tiempo de restricciones nos ha cambiado, seguro