Bienvenidos a la otra cara de la nieve, ironizaba ayer un vecino de Mezkiritz en su cuenta de Facebook poniendo en evidencia que "algunos se empiezan a dar cuenta de las dificultades que conlleva que caigan más de 40 centímetros de nieve, con la diferencia de que en estos pueblos de la montaña viven a 50 kilómetros de hospitales, centros de salud, supermercados...". Ciudades como Madrid o Tudela poco acostumbradas a la nieve fueron noticia este fin de semana. De hecho el tsunami de nieve desatado por Filomena mantuvo este sábado la capital del país bloqueada durante horas. Miles de coches se vieron atrapados en la M30, insólitas imágenes también de personas empujando autobuses en la calle Ramón y Cajal. Pero también lo fueron las de la Puerta del Sol, abarrotada de gente bailando La Macarena en plena nevada. No podíamos tener mejor plan para no salir de casa en plena pandemia que una buena nevada pero hay gente que sigue sin entenderlo, haga bueno o nieve, va a dar la nota o tratar de coger el trineo. "No lo dudes y quédate en casa", recomendaba ayer en el Twitter la Policía Municipal de Pamplona mientras Aemet alerta de que, tras Filomena, una ola de frío afectará a la península. Vamos a tener que acostumbrarnos a los bandazos en el tiempo. Llevamos una década de inviernos muy suaves, consecuencia del calentamiento global y de la subida generalizada de las temperaturas. Los negacionistas del cambio climático dirán que si hay calentamiento global no se entiende que caigan nevadas de 50 centímetros en Madrid. Pero los expertos aclaran que el cambio climático puede afectar a la frecuencia e intensidad de los episodios de tiempo "extremo". Parece claro que cada vez son más frecuentes los de temperaturas extremadamente cálidas. En el caso de episodios de olas de frío como ésta, además de coincidir con una invasión de aire polar y una borrasca de aire húmedo, el periodo de "retorno" podría aumentar de manera que es posible que no volvamos a ver Filomenas durante mucho tiempo. Está comprobado que si las temperaturas medias varían (y aumentan), los eventos excepcionales también lo hacen sin olvidar que 2020 fue el año más cálido jamás registrado. Lo dicho, entre pandemias y sacudidas del clima, mejor en casa.