Dice la canción de Calamaro que Maradona no es una persona cualquiera y resume que "siempre te vamos a querer, por las alegrías que le das al pueblo. Y por tu arte también".

El día de inicio del recuento de los votos tras la jornada electoral de Estados Unidos, con casi todo el primer mundo atento a lo que pasaba en el país número uno en algunas cosas, los argentinos andaban también pendientes de cómo le iba la vida a Maradona, recién operado de un hematoma en el cerebro, una de esas graves situaciones que han ido jalonando la vida del exfutbolista y que, como vienen siendo un montón en una existencia azarosa, parece que constituyen su personal prueba de resistencia, en la que él ha puesto mucho de su parte en forma de momentos oscuros. Cuando hace una semana los teletipos mandaban sus reportajes enlatados anunciando que Maradona llegaba a los 60, la reflexión principal ante la onomástica es que cumpliese los años que cumpliera, el Diego parece que lleva mucho tiempo metido en la prórroga de su vida. No hace falta ser amante del fútbol para saber que hay un tipo que se llama Maradona y que fue un jugador de fútbol muy bueno. Todo un personaje atrapado entre finales del siglo pasado y principios de éste, que ha saltado a escenarios variados arrastrando con él un ruido similar con el que se jaleaba su juego desde las gradas. Apasionado, directo, rebelde, inconformista, confuso, popular, populista, crítico, excesivo, insolente, vital, combativo, orgulloso, patriota, emotivo, cabrón, llorón, humano... Nunca alcanzaremos desde aquí a comprender qué es lo que eleva a tan alta consideración a este argentino idolatrado que, con un gesto, enciende a buena parte de un país. Quizás tenga que ver con que siendo un tótem sea tan humano que duela en sus tropiezos, caídas y gloria.

Salió del barrio, saltó por los aires en Europa y le han pasado infinidad de peripecias fuera del balón que lo han arrastrado por caminos de donde o no se sale bien, o se sale con barro que dura mucho tiempo. La vulnerabilidad como proximidad. Otra cosa es que sea un ejemplo...

Trump dijo que solo Jesucristo es más famoso que él. Con permiso de Maradona.