Que con esta vacuna se acabe el bicho". Así respondía el otro día uno de los primeros vacunados contra el coronavirus. El cambio de año es el cambio de paso, porque aunque vayamos lanzados, siempre queda sitio para la mejoría, para que entre la luz por un resquicio que nos permita una evolución.

Entre los deseos para el nuevo año está que la covid-19 nos conceda una vida lo más próxima a lo que antes del cisco éste entendíamos como una vida normal. Básicamente, una vida menos meticulosa y menos orientada a lo que le puede pasar a los demás si no somos capaces de pensar que vivimos con otros. Una vida normal repensada que tardará en volver porque, con más de 50.000 muertos en el historial de la pandemia solo en la península y un camino todavía por recorrer para controlar el virus, es difícil echar a correr sin mirar lo que se queda atrás.

Hay circulando en change.org una petición para conseguir que la RAE recoja la palabra 'dosmilveinte' como un insulto en el diccionario, quizás resumiendo en la ocurrencia, en su uso como término peyorativo, lo malo que ha habido en este año pasado, un año monótono y monocorde, mortal. 365 días que parece que deberemos tirar a la basura, sin valor, ni consideración, como si el esfuerzo emprendido, el nuestro, no deba ser rescatado, reconocido y colocado donde se ponen los logros, los de la responsabilidad. Porque aunque nos hayamos asustado y nuestras costumbres hayan cambiado no hemos estado derrotados.

Seguro que en 2020 ha habido algo bueno, muchos algos estupendos o medianos, reconfortantes, merecedores de ser recordados. Seguro que también habrá algo para mejorar en 2021. Algo bonito para darle leña y fuego, complicidad y emoción, tesón y ganas.

Dicen que la palabra del año es 'confinamiento'. Pobrecitos que somos, pero es más estimulante la voz de la resistencia. Con 90 años y más, por ejemplo, recién vacunados, ancianos felices reclaman su lugar como primera línea de la barricada de la esperanza, respiradero por donde tomar aire para continuar en pie. Al nuevo año hay que pedirle futuro. Y salud, que seguirá siendo un año diferente.

Seguro que ha habido algo bueno en 2020, no vamos a tirar un año entero a la basura porque nos ha pillado a contrapié y el miedo nos ha arrinconado