el estudio sociopolítico de Telwind que publica hoy DIARIO DE NOTICIAS evidencia que las fuerzas que impulsan el cambio en Navarra desde 2015 están bien situadas para revalidar su éxito electoral a ocho meses de la cita con las urnas en mayo de 2019 gracias a la buena valoración que los navarros y navarras conceden a la gestión del Gobierno foral de Uxue Barkos y del Ayuntamiento encabezado por Joseba Asiron. El escenario electoral dibuja a una Geroa Bai que subiría de 9 a 11 escaños, EH Bildu e I-E consolidan sus escaños (ocho y dos, respectivamente), con lo que el cuatripartito aguanta la caída de Podemos -de 7 a 5 escaños - y mantiene su ventaja sobre el voto conservador. Una derecha que no logra levantar cabeza, con UPN en caída libre desde la pérdida del poder que caería hasta los 13 escaños, y un PP que puede convertirse en extraparlamentario por el empuje de Ciudadanos, que con su discurso ultra irrumpiría en el Parlamento foral con dos o tres escaños que rebañaría a las formaciones de Javier Esparza y Ana Beltrán. La estrategia de oposición dura y constante de UPN y PPN contra el Gobierno de Uxue Barkos, sin propuestas concretas y factibles que beneficien a la sociedad navarra, se está demostrando que no desgastan a un Ejecutivo cada vez más valorado sino que incluso sólo conducen al descrédito y al estancamiento electorales. Entre las tres fuerzas de derecha sólo sumarían 18 escaños, muy lejos de los 26 necesarios para acceder al gobierno. El PSN seguiría estancado en sus 7 escaños pese a la recuperación electoral gracias al efecto Sánchez y penalizado por su estrategia de ir de la mano de UPN y PPN en franco declive. Por su parte, la crisis en Podemos, a falta de posibles alianzas futuras en la izquierda no devalúa la fuerza en escaños del cambio en Navarra, apoyado en posiciones plurales y de izquierda en un contexto de debate político que, al igual que en Europa, constata el auge de la ultraderecha y el neofascismo xenófobos. Frente a ello, el gobierno del cambio ve aprobada su gestión por parte de la ciudadanía, con una política de gasto social como baluarte de acción ejecutiva, con una Uxue Barkos que sigue siendo la política mejor valorada, y cada vez con mayor nota, al igual que Joseba Asiron, y con una derecha que pierde apoyo en sus feudos y está cada vez peor considerada.