a crudeza de los datos que nos golpean a diario y que muestran la grave incidencia de la pandemia de coronavirus nos indica sin género de dudas que en las próximas jornadas nos enfrentamos a los días más duros y también más cruciales de la crisis sanitaria. Lo vienen advirtiendo desde hace tiempo expertos epidemiólogos, y lo ha recalcado también en los últimos días el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien advirtió el sábado que los casos diagnosticados se dispararán durante la semana que hoy comienza. En efecto, las cifras de positivos y fallecimientos por coronavirus continúan su escalofriante ascenso. En el Estado español, los contagios superan ya los 28.500 y se cuentan 1.720 fallecidos. En Navarra, ayer se registró la mayor cifra de positivos detectados en una jornada, con 130, para un total de infectados que rondará ya hoy el millar, con 24 decesos al cierre de esta edición, 14 en el último día. Datos terribles, que obligan a extremar la alerta sanitaria. En línea con las medidas ya implementadas en Navarra, decretado el aislamiento social y con las clases ya suspendidas, Sánchez anunció ayer la intención del Gobierno de solicitar al Congreso la prórroga por otros quince días del estado de alarma. Ello supone un alargamiento de las medidas de restricción y confinamiento, una medida que no puede sorprender a nadie, dada la dimensión de la crisis y las perspectivas a corto plazo. En este contexto, solo cabe apelar, una vez más, a la concienciación y a la responsabilidad de toda la ciudadanía para el escrupuloso cumplimiento de las normas impuestas, dirigidas a frenar y contener los contagios, que si mantienen la tendencia ascendente por tiempo prolongado pueden amenazar con colapsar los servicios sanitarios, con consecuencias mortales para los sectores más expuestos al Covid-19. Nos encontramos ante un momento realmente decisivo en la batalla contra el coronavirus, en la que afrontamos días duros en todos los órdenes. Es por ello imprescindible seguir las indicaciones referidas a la prevención, el cuidado propio y el de las personas de nuestro entorno, especialmente las más vulnerables, y la confianza en la capacidad de las personas y las instituciones de Navarra para unir fuerzas frente a esta colosal amenaza. Con el personal sanitario como vanguardia y depositario de un inmenso agradecimiento colectivo.