a precarización del mercado de trabajo en general, y en particular en los sectores económicos más castigados por la situación generada por la pandemia de la covid, se está dejando ya notar en Navarra, donde el paro continúa creciendo y encadena ya cinco meses consecutivos de subida, con especial incidencia en los jóvenes y en las mujeres. A estas alturas, tal como reconoció la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Mari Carmen Maeztu, ya es más que evidente que el impacto de la pandemia, además de sus duras consecuencias sanitarias, está suponiendo un fuerte golpe en la economía y el empleo. Y en este complicado escenario, más que nunca hay que poner el foco en seguir avanzando sin retroceder para contener el virus, de ahí la prudencia en la desescalada y la necesidad de aclarar cuanto antes las medidas que se adopten o mantengan de cara a Semana Santa, especialmente tras la postura de Sanidad, que aboga por mantener el cierre de autonomías hasta después de esa fecha. Cualquier recuperación económica pasa necesariamente por el mantenimiento de la salud. El empleo femenino se esta viendo duramente golpeado. Las mujeres han sido quienes se han dedicado al cuidado de personas dependientes y a tareas domésticas durante la pandemia, los puestos de trabajo más precarios y esenciales. Con motivo del Día de la Mujer el próximo 8 de marzo, en un año en el que la pandemia marcará sí o si los actos reivindicativos, los sindicatos presentaron ayer diferentes informes para tratar de mostrar una imagen lo más real posible del empleo femenino en Navarra, sus luces y sus sombras, especialmente las desigualdades estructurales que ya se daban antes de la actual crisis. Estudios que concluyen que la pandemia de covid ha ahondado la brecha de género en el sector laboral de Navarra, una comunidad que se sitúa ya como la tercera con mayor brecha salarial y en la que se han incrementado las diferencias tanto en el paro como en la temporalidad y la parcialidad de sus contratos. La precariedad en la contratación, el trabajo a tiempo parcial, las ocupaciones peor pagadas y la asunción de la conciliación laboral y familiar explican que las mujeres navarras ingresen, según cálculos sindicales, unos 6.849 euros menos al año que los hombres. Datos preocupantes que se han agudizado en 2020 y que es preciso revertir.