estas alturas del año, con los datos actuales de contagios de coronavirus y la situación de riesgo alto en la que se encuentra Navarra, con las altas cifras de hospitalización, con 35 pacientes en la UCI, la sociedad tiene más que asumido que el verano no será un verano al uso y que no es tiempo de fiestas. Sorprende y mucho que Pamplona, que debería ser la primera ciudad navarra que pone por delante la salud de sus ciudadanos a la fiesta, no haya anunciado ya de manera oficial la suspensión de las fiestas de San Fermín. Oficialmente nada está dicho, como bien reitera una y otra vez el alcalde Enrique Maya en su intento desesperado por agarrarse a los Sanfermines como altavoz mediático, pero la ciudadanía pamplonesa y la sociedad navarra ya tienen asumido, y no entenderían otra cosa, que este año no toca celebrar nada del 6 al 14 de julio, ni el resto de fechas festivas. Y no está de más recordar que fueron esas fechas precisamente las que marcaron un complicado verano sanitario en 2020, ya que los casos comenzaron a subir y no dejaron de hacerlo, concentrándose siempre los picos en zonas según las fechas de las fiestas patronales. Navarra no se puede permitir volver a revivir un verano igual y en eso las instituciones tienen que echar el resto para evitarlo. Hay mucho en juego, lo primero la salud, pero también la economía, y para garantizar ambas es preciso asumir cuanto antes y de manera responsable que toca plantear otro tipo de verano en el que la sociedad se sienta segura. Ya lo anunció el director general de Salud del Gobierno de Navarra, Carlos Artundo, cuando manifestó que "este verano todo lo que signifique aglomeraciones de personas es imposible", y con ello se imposibilita cualquier tipo de fiesta tal como las conciben las ciudades y pueblos de Navarra. Será un verano de transición, en el que la vacuna no será todavía un cheque en blanco para determinadas actividades ni eventos porque aún queda lejos el objetivo de que el 70% de la población esté vacunada. Hasta que llegue ese momento, nunca antes del verano según las previsiones, la precaución tiene que ser máxima. Ayer el Gobierno de Navarra y la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) mantuvieron una primera reunión para abordar el verano en la que coincidieron en la necesidad de garantizar que el periodo estival sea coherente con la situación sanitaria y esté a la altura del reto creado por la covid-19.