ste lunes entra en vigor la nueva ley de Tráfico, una norma que aumenta los puntos a detraer por el uso del móvil al volante y por no utilizar el cinturón de seguridad, en línea con el carné por puntos que ya cumple quince años. Precisamente la siniestralidad ha descendido de manera importante en estos años al haber pasado de 136 muertos por millón de habitantes antes de 2006 -una tasa que situaba a España a la cola de Europa- a los 37 fallecidos actualmente. Utilizar el móvil es por otro lado la segunda causa de pérdida de puntos en Navarra sólo por detrás de la velocidad, según la dirección de Tráfico que sanciona al año a más de 3.000 infractores en nuestra comunidad. El vehículo no debería ser el único espacio de desconexión vital pero sí en el que más podemos distraernos y arriesgarnos. El exceso de velocidad o la ingesta de alcohol también serán doblemente perseguido en una reforma que, por primera vez, da cobertura legal al patinete, un medio de transporte que se ha ido consolidando en las ciudades. La seguridad vial nos debe concienciar más allá de las medidas represivas, y es un tema del que se lleva hablando durante más de treinta años en los centros educativos. De hecho la nueva ley de educación recoge la formación sobre movilidad segura y sostenible. También en mayo se cumple un año de la entrada en vigor de las llamadas "calles 30" en las calles con un único carril (en Pamplona la ordenanza municipal ya lo limitaba desde 2019), que paulatinamente se han ido implementando en diferentes ciudades, aunque todavía queda mucho por hacer para reducir la velocidad en los tramos urbanos. Las principales arterias urbanas siguen manteniendo la velocidad de 50 km/hora -no siempre respetada- y la realidad es que la convivencia entre vehículos y peatones es muy complicada salvo que se priorice de manera clara al peatón, ciclista y transporte urbano. En este sentido la amabilización de muchas ciudades como Pamplona lleva bastante retraso lo que perjudica sin duda al transporte público. Navarra también acaba de aprobar la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética que será un avance en la que ya se ve como una alianza necesaria entre seguridad, calidad de vida en las ciudades y lucha contra la contaminación. Los municipios de más de 5.000 habitantes adoptarán planes de movilidad sostenible y se imponen los vehículos no contaminantes. Confiemos que el coche eléctrico nos modere en el consumo y en la velocidad.