La bandurria es ese instrumento de cuerda del más alto linaje, un instrumento serio, lleno de poesía, de belleza, expresión y delicados matices, de pasajes ejecutados con fuerza y bravura, un instrumento de concierto de primera magnitud.

Pues mira por dónde que, con motivo de la recepción ofrecida por el Ayuntamiento de Pamplona a la Rondalla Armonía el pasado miércoles, momentos antes de la foto de familia, Yolanda Barcina le pidió la bandurria a Marisol Zamora y se soltó con un Clavelitos al más puro estilo de la tuna de Farmacia a la que seguro aspiraba a pertenecer en su época universitaria...

La alcaldesa Barcina cada día nos sorprende con algo. Como cuando dijo a los componentes de la Rondalla Armonía: "es un orgullo para la corporación recibiros en la Casa Consistorial por la gran labor que hacéis de forma brillante y destacable representando la música tradicional de nuestra ciudad".

Luego, refiriéndose a su afición oculta, destapó sus cartas diciendo: "vais a cumplir tres décadas promocionando la bandurria, instrumento tan arraigado en Navarra que algunos empezamos a tocar y no conseguimos hacerlo como vosotros porque tocar la bandurria es un arte, tradicional en nuestra tierra, que transmite sensaciones y hace que disfrutemos de su música en diversos momentos. Os he podido escuchar muchas veces y por eso os invito a que sigáis llevando vuestra música a todos los rincones de Pamplona".

Ante tales manifestaciones de simpatía hacia la música de cuerda en general y hacia la Rondalla Armonía en particular, Los Chicos de Oro de El Vergel, en correspondencia, han decidido hacerle presidenta de honor a la alcaldesa de Pamplona, como primera bandurria de su rondalla.