El ganador de Eurovisión de este año es uno de los artistas más prometedores del panorama musical suizo con apenas 24 años. Pero lo que realmente me ha impactado de Nemo Mettler es su mensaje de empoderamiento sobre la identidad de género al presentarse públicamente como personaje No Binario (Queer), es decir, que no se identifica con el género masculino ni femenino. Con su pegadizo estribillo, “he descifrado el código”, nos sorprendía más allá de su increíble voz y fusión de estilos musicales con su rompedora puesta en escena con su abrigo rosa y rojo y su vestido rosa satinado. Sabemos que el colectivo arocoiris es fan incondicional de Eurovisión pero los hay críticos dentro del movimiento LGTBI+ que van más lejos y admiten que el festival es una gran pantalla comercial de Pinkwashing, un lavado de cara rosa del “capitalismo europeo” que se presenta ante el mundo como un reservorio de libertad sexual cuando la realidad es otra. Lo acabamos de ver en estadísticas que hablan del alza de los delitos de odio contra el colectivo LGTBI en el conjunto del Estado. En Navarra, sin ir más lejos, se registran más de 40 denuncias al año. El Gobierno de Navarra acaba de lanzar una campaña en la que anima a denunciar todas las agresiones de ‘LGTBIfobia’, ya que el 80% de ellas no trascienden. Y el relato del joven que fue acuchillado el día del Orgullo Gay en Pamplona el año pasado resulta realmente aterrador (ayer supimos que la condena para el agresor es de más de cinco años de cárcel). Tan espeluznante como saber que el desconocimiento que existe hacia lo diferente genera odio y que existen diferentes formas de prejuicios y de intolerancia. Si ya se ceban con gays y lesbianas no quiero ni pensar lo que ocurrirá con otras formas de expresarse en el espacio queer (identidad de género y sexual diferente a la heterosexual y cisgénero), un universo por otro lado bastante complejo. Yo misma ncesito aterrizar en algunos conceptos para entender mejor esos procesos de evolución o madurez en los que transitan hoy en día muchos jóvenes que, quiero creer desde el empoderamiento personal, son capaces de romper las barreras de género y son plenamente conscientes de lo que son y lo que sienten. Lejos de los parámetros básicos que reducen a las personas en las etiquetas de hetero, homo o bisexual. No cabe duda de que las posibilidades de flotar en el mundo resultan infinitas y que puede haber mutaciones en esa fluidez sexual. Y que eso siempre es riqueza.
Las personas no binarias pueden identificarse con dos o más géneros, con ningún género, con todos los géneros o cuantas combinaciones sean posibles. El lenguaje es importante y aunque las no binarias son son trans porque su género no concuerda totalmente con el asignado al nacer, no todas se quieren identificar como trans porque asocian la palabra trans con identidades binarias donde un hombre o mujer cisgénero inicia una transición para ser un hombre o mujer trans. Lo digo con interés sano, no morboso, reconociendo que la diversidad va más allá del aspecto físico y que todas las categorías correspondientes a una identidad sexual tienen también una carga política, cultural y social importante, y que por esa misma razón una persona no binaria no significa necesariamente que tenga un aspecto andrógino.
Hemos visto hijos de famosos como Jennifer López, Angelina Jolie o el de Sting que se declaran no binarios o artistas como Miley Cyrus. Ya he escuchado a los ultra católicos hablar de la depravación moral de Occidente. Y la comunidad trans europea es blanco de puntería de la extrema derecha en Europa. Los hay también que se quedan con la anécdota del lenguaje que si ahora hay que incluir el término ‘elles’, etcétera. Personalmente no quiero que nadie tenga que volver a vivir a escondidas, sin salir del armario.
Sexo e identidad de género
Personalmente me aclara mucho saber que una cosa es la orientación sexual, quién te atrae, y tu identidad de género, cómo te sientes más allá de del sexo biológico con el que naciste, cómo integras y expresas aspectos emocionales, psicológicos y sociales. Es decir, una cosa es la orientación sexual, quién te atrae, y otra tu identidad de género, cómo te sientes más allá de del sexo biológico con el que naciste, cómo integras y expresas aspectos emocionales, psicológicos y sociales. Dentro de esta última carpeta encontramos personas no binaria, cisgénero (el que se identifica con el sexo con el que nace), transgénero (no se identifica con el sexo asignado al nacer) y transexual (transita hacia el género opuesto o recurre a un tratamiento hormonal). Y es importante no confundir al colectivo trans con las personas que se travisten (vestirse de una manera tradicionalmente asociada con un género diferente). También están las personas de género fluido que sienten que su identidad de género es cambiante. En la orientación sexual podemos ser heterosexuales, homosexuales, bisexuales, asexuales, pansexuales...Seguro que me dejo alguna.