uienes gobiernan deben tratar a la ciudadanía como un conjunto de personas inteligentes a las que transmitir no lo que quieren escuchar sino lo que necesitan saber y además con la crudeza necesaria. Pues los gobiernos están para resolver los problemas reales aunque conlleve sacrificios a la colectividad y no para recabar votos regalándonos los oídos. Por eso resulta tan irritante el paternalismo que se receta en este confinamiento, desde la premisa de que la inmensa mayoría ejercita el sentido común siquiera por simple instinto de supervivencia. Sucede sin embargo que este domingo acreditó que la minoría irresponsable no constituye un grupo tan reducido como podría imaginarse, convertidas las salidas alrededor de casa con hijos menores en excursiones familiares y sin guardar la distancia exigible. Comportamientos incívicos que no cabe achacar a las contradicciones gubernamentales en este primer alivio del encierro, sino a una mezcla estúpida de inconsciencia y picaresca, demostrándose una vez más que demasiada gente solo responde a la lógica punitiva. Incluso a costa de comprometer la salud de los propios y los nuevos pasos de la desescalada gradual. Perfecto aplaudir al heroico personal sanitario, pero mejor honrar su abnegado trabajo aplicando la sesera en lo que nos toca a cada cual.