Las Peñas de Pamplona se han metido en un berenjenal: “un proceso participativo para diseñar su futuro”. Les motiva “la necesidad de adaptarse al contexto actual e impulsar la reflexión sobre el modelo de las fiestas populares de Iruñea”. Están en el “diagnóstico de partida” para un Plan Estratégico 2022-2027. Con extrema candidez, su Federación pretendía que el proceso quedara en el interior de los 16 entes afectados hasta alcanzar un documento final.

Las filtraciones le obligaron a emitir un comunicado oficial. Expone datos estadísticos, fortalezas y debilidades. El conjunto de las peñas cuenta con 5.173 personas socias (80% hombres). Un 23% (1.170) ha formulado aportaciones. Fortaleza de la Federación: unir a Peñas muy diversas y representarlas ante instituciones públicas y entidades sociales. Debilidad: estancamiento y pérdida de capacidad de movilización de su masa social. Fortaleza de las Peñas: espacio de convivencia entre personas muy diversas, su carácter intergeneracional y su implicación en la ciudad.

Debilidad: falta de implicación de socios y socias en el desarrollo de actividades sociales y culturales. Retos de la Federación: igualdad entre hombres y mujeres en las Peñas y en la fiesta, un sistema más eficaz de participación y toma de decisiones, proyectos de colaboración entre Peñas y de trabajo en red con otras entidades. A la Comisión de Peñas, precursora de la Federación, le tocaron tiempos más difíciles. Convulsos, confusos, violentos. El tono social es ahora más resignado y menos rebelde.

El pulso colectivo ha perdido vigor. En un tiempo, relevaron a los militares en la escolta procesional a San Fermín, pero se inhibieron en un sostenimiento razonable de la Marcha a Vísperas o Riau-Riau. Su actitud con respecto al ciclo del toro (encierro-corrida) –una de las claves de futuro– deberá figurar en ese Plan Estratégico. Las Peñas son una pequeña parte del cuerpo social pamplonés. En Sanfermines, su corazón.