l 23 de diciembre de 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 49/155 invitaba a los gobiernos, organizaciones internacionales, organismos especializados y organizaciones cooperativas nacionales e internacionales a celebrar anualmente el primer sábado de julio, el Día Internacional de las Cooperativas, proclamado por su Asamblea General.

Esta efeméride de las Cooperativas pretende aumentar el conocimiento de las mismas, y su contribución a la resolución de los principales problemas que abordan, este año la lucha por el cambio climático. Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones y al mismo tiempo contribuir al progreso económico, social, cultural y político de la comunidad.

Hoy nadie cuestiona la influencia del pensamiento de José María Arizmendiarrieta Madariaga en el cooperativismo vasco. Este sacerdote, creador de cooperativas y pensador personalista, nacido en Markina (Bizkaia), fue el artífice principal, el inspirador de lo que hoy es Mondragón Corporación Cooperativa.

Desarrolló un peculiar pensamiento, que no "ideología", en el que el fin primordial no era la creación de un sistema político cerrado sino la maduración de una concepción de comunidad en la cual la Ética, el Humanismo y la Empresa confluían en torno a un fin común: la búsqueda del hombre cooperativo. Su preocupación se centró tanto por su desarrollo personal (dignidad, formación, capacitación, superación...), como por el desarrollo comunitario (igualdad y solidaridad). En definitiva, como cita Joxe Azurmendi en su libro El Hombre Cooperativo (Azatza, Otalora, 1992), crea "un modelo que realiza el orden personalista, dentro y contra el capitalismo, sin esperar a su liquidación histórica".

Arizmendiarrieta se inspiró en diversas fuentes, fuentes muy dispares entre sí: seguidor de la doctrina social de la Iglesia, acercamiento a pensadores personalistas como Maritain y Mounier, admiración por los clásicos del cooperativismo, influencias del socialismo utópico, teorías liberales, federalismo anarquista y la tradición social vasca.

El pilar central del pensamiento de Arizmendiarrieta, en este aspecto influido por el personalismo comunitario de Mounier, lo constituyen conjuntamente la persona y la comunidad: el trabajo toma un valor excepcional en su modelo vital y lo utiliza como un instrumento transformador de la esencia misma de la persona y de la sociedad donde ésta vive. En este proceso de desarrollo comunitario, la formación adquiere una importancia clave.

La economía se nos muestra totalmente ideologizada, donde el ser humano no es un instrumento, sino el fundamento y el fin último de la acción social materializada en la propia empresa cooperativa, donde el trabajo se enmarca en un contexto de solidaridad, trabajo y unión; uno de los slogans más utilizados por los promotores de la experiencia de Mondragón: la dignidad del trabajador y la emancipación obrera, fines del pensamiento de este sacerdote, que dotó a todas sus premisas y visiones de una alta dosis de realismo, característica definitoria de la cultura del cooperativismo vasco.

Arizmendiarrieta propone alcanzar la utopía mediante actos siempre factibles y mundanos. Su influencia en la actual configuración filosófica del movimiento cooperativo es ineludible.

La filosofía inspiradora de la experiencia cooperativa de Mondragón se constituye mediante tres elementos estrechamente relacionados entre sí: los principios básicos, la misión y los valores corporativos. Estos tres elementos conforman los pilares sobre los que se apoyan las políticas generales y, en última instancia, el Plan Estratégico de la corporación que las cooperativas deben cumplir para formar parte de la misma, de tal manera que se constituyen como criterios globales, de carácter general, posibilitando el acceso a su organización a las diferentes experiencias cooperativas mundiales.

La cooperativa constituye la forma más difundida de entidad de economía social, democráticamente controlada, reconocida por las Naciones Unidas, que busca el fortalecimiento y ampliación de las alianzas del movimiento cooperativo internacional.

Compartiendo el planteamiento realizado por Arizmendiarreta, que en el proceso de desarrollo comunitario, la formación adquiere una importancia clave, las ikastolas de Navarra se constituyen como cooperativas de educación, considerando que el trabajo cooperativo supone la construcción de un proyecto común, en el que cada uno se involucra y coopera en la tarea del otro, participando de la totalidad de los contenidos, para que todos y todas puedan responder a una evaluación individual, sin la ayuda del equipo. Este enfoque metodológico requiere en sus centros planteamientos didácticos abiertos, donde se pueda aprender de la diferencia, de las dinámicas positivas de trabajo y del aprendizaje colaborativo.

Las ikastolas, como iniciativas impulsadas por grupos de ciudadanos y ciudadanas con la intención de cubrir sus necesidades sociales, y cuya cobertura se realiza mediante la participación directa en la organización por parte de las personas afectadas por la actividad (alumnado, familias y profesionales celebran esta jornada del cooperativismo.

Zorionak!

El autor es director de la Federación Navarra de Ikastolas