os sentimientos de duelo, de tristeza, de falta de proyectos vitales, de soledad durante estos meses de pandemia están empezando a hacer mella en la población. Y es que no es cosa fácil gestionar los miedos y la incertidumbre y, a la vez, adaptarse a una nueva manera de vivir, de relacionarse, de existir.

Esto bien lo saben las personas que inmigran, que otra vez más se convierten en expertas en situaciones de adaptación.

Sabemos que migrar es una de las situaciones vitales más duras que puede experimentar una persona. Todo lo conocido e importante para ella cambia y se aleja. Desde el momento en que se instala la idea de migrar, se van sucediendo movimientos y cambios tanto en la psique de la persona como en su sistema familiar nuclear y extenso. Toda persona que migra transita un proceso de duelo migratorio. Este duelo se expresa en diferentes grados, puede ser simple, complejo o extremo.

Desde el punto de vista sistémico, la pérdida o amenaza de pérdida de un miembro es la mayor crisis que tiene que afrontar un sistema (Bowen 1976). Ante la crisis, si el sistema tiene suficientes recursos, reaccionará con un cambio adaptativo. Si no los tiene, el sistema puede desaparecer. La persona pionera del sistema familiar que migra no migra sola, se lleva en su mente y en su corazón a sus hijos/as, parejas, padres/madres que quedan en origen, y en la mayoría de los casos su proyecto migratorio incluye el objetivo de reagrupar.

La Asociación SEI lleva más de 20 años acogiendo y acompañando a adolescentes y jóvenes recién inmigradas a nuestra comunidad y a sus familias. En la actualidad es un servicio especializado en acompañamiento de procesos de duelo migratorio y reagrupación familiar.

La situación actual de pandemia nos deja una realidad social y familiar diferente y, por qué no decirlo, compleja. A todas las personas nos está tocando tener que cambiar rutinas, cambiar la manera de entender la vida, y por ello, de una manera u otra, todas las personas estamos pasando por un proceso de duelo existencial.

La asociación, consciente de las situaciones de pérdida que se están viviendo, vuelve a tender la mano a la comunidad, aportando la visión de expertas en la materia; personas que inmigran y que conocen bien, en el plano emocional, lo que implican las pérdidas y la incertidumbre.

En conversaciones con personas de aquí y de allí, vemos que en estos tiempos coge especial relevancia un concepto fundamental en la acogida y acompañamiento a las personas que inmigran: la pertenencia.

Una persona joven nos asegura que no se puede quejar, "peor lo tienen las familias con hijos a cargo. Al fin y al cabo, madres y padres trabajando, tienen que afrontar situaciones de confinamiento de los hijos e hijas sin apoyos ni de la red familiar ni de normativas laborales".

Una madre de hijos en edad escolar se muestra preocupada por las abuelas. "Ellas sí que lo están pasando mal; no podemos acercarnos, no pueden estar con los nietos". De alguna manera los abuelos y abuelas están viendo cómo la idea de familia se va descomponiendo, y lo que era una familia extensa pasa a tener como base la unidad convivencial, desapareciendo un concepto de familia muy enraizado en nuestra comunidad.

Sin embargo, cuando hablas con una abuela, lo que te transmite es la pena que le da ver a los niños y niñas así, sin poder jugar y saltar en libertad, lo mismo con la gente joven. Adolescentes que están en plena etapa de cambios, de necesitar a sus iguales para construir su yo y su nosotros, que ven limitado e incluso juzgado su tiempo de relación.

Ocurre que ahora nos podemos juntar de 6 en 6, pero en tu familia erais 15. ¿Quién se junta con quién? ¿Cómo gestionamos la normativa covid con la estructura relacional?

Imagina que en tu grupo de amigos todos tenéis 15 años y quedan, pero por esto de las limitaciones no eres invitado€ O a tus 30 años, tu cuadrilla de amigas de toda la vida, que han ido teniendo hijos pero tú no, les dices para quedar un rato, que les echas en falta, pero su respuesta es "yo es que prefiero no quedar, ahora tengo que cuidar de los míos".

¿Acaso yo no soy de los tuyos? Ahora, ¿a qué grupo pertenezco? ¿Quién soy yo para quién?

Aunque nos parezcan preguntas simples, desde hace años desde la Asociación SEI venimos compartiendo la importancia de pertenecer. Qué importante es sentir que perteneces a un grupo, sentir que eres importante para alguien, sentirte sentido-sentida, que formas parte de, que puedes contar con, ...

Tampoco nos es ajena esta disyuntiva: los míos. Por haber inmigrado, a veces se tiene la sensación de no pertenecer al grupo de los de aquí. Incluso después de llevar 15 años viviendo en Navarra, sigue siendo la inmigrante. La sensación de no pertenecer a Navarra, y después de tantos años fuera, ya no sentir que se pertenece tampoco al país de origen.

Somos seres sociales que necesitamos del encuentro con las otras personas para desarrollarnos y del apego seguro / pertenecer para lanzarnos con fuerza y confianza a explorar y participar en el afuera.

En un contexto de pandemia, donde las relaciones familiares y de los grupos de pertenencia se han visto seriamente dañadas, la separación y la ruptura de las rutinas sociales está influyendo en la psique de las personas. Una de las cosas que más duele en estos tiempos es la frase que hace tambalearnos, esa idea dura donde las haya de tener que elegir con quién te relacionas y no ser tú la elegida. No estar en esa lista de personas importantes o sentir que la pertenencia ha sido un engaño.

Ser conscientes de que la situación emocional está calando en las personas es importante. Nadie nos ha enseñado a relacionarnos y vivirnos en tiempos de pandemia. Pero tal vez saber que todas las personas necesitamos ser importantes para otras, que formemos parte, que pertenezcamos a su grupo de personas importante, ayudaría mucho a mitigar daños y prevenir complicaciones mayores.

Algunas claves para afrontar la soledad, para afrontar estos tiempos de cambio:

? Vivir la crisis como oportunidad.

? Aceptar la soledad como algo positivo, reflexión, ideas nuevas...

? Participar en actividades que favorezcan la pertenencia y la creación del vínculo.

? Seguir en contacto, no desconectar de tus vínculos, sino buscar nuevas maneras

de relacionarte e incluso abrirte a nuevas personas, a nuevas relaciones.

? Aprovechar la situación como nueva oportunidad para buscar el mejor cóctel entre

lo que dejas atrás y la situación denueva normalidad, de tal manera que puedas

deshacerte de lo que te venía haciendo sentir mal y adaptarte a modelos nuevos

que te aporten.

? Fortalecer nuestras habilidades, el sentido del humor, tan importante en momentos

de crisis, habilidades sociales, autoestima, confianza en ti misma€

? Pensar en positivo y en la creación de un proyecto futuro ilusionantes, y, si es en

equipo, mejor.

La autora es directora de la Asociación SEI - Servicio Socioeducativo Intercultural

A todas las personas nos está tocando tener que cambiar rutinas, la manera de entender la vida, y por ello estamos pasando por un proceso de 'duelo existencial'