ue sí, que no todo lo que se dice, se oye, se escribe y se lee es la verdad. Que ya lo dijo hace tiempo el ilustre Antonio Machado... ¿Tú verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. No seré yo quien enarbole la bandera de defensa del actual Gobierno de Navarra, entre otras razones porque no soy quién para hacerlo. Sin embargo, déjenme que siga defendiendo la verdad al desnudo frente a la mentira disfrazada. Diré una obviedad: los compromisos están para cumplirlos, igual que las leyes. Si hablamos de la Ley de Policías de Navarra, -otra vez, y lo que te rondaré- muchas cosas podemos decir, pero una de ellas tiene que ver con el incumplimiento por parte del ejecutivo de María Chivite de lo que otros grupos parlamentarios y sindicales negociaron a sabiendas de que su aplicación se antojaría complicada, por no decir económicamente imposible. Y en esas estamos desde enero de 2019.

Desde CCOO defendemos una reglamentación retributiva acorde con lo establecido en la norma que otros impulsaron sin tener "atada y bien atada" la memoria económica que la avalaba legalmente. Luego pasa lo que pasa. Lo defendemos desde la coherencia de unas siglas -las de CCOO- que junto a otros sindicatos de clase advertimos en 2018 de la carta a los Reyes Magos que se iba a aprobar y de su difícil encaje económico. Y el tiempo, una vez más, nos está dando la razón. No obstante, y pese a las explicaciones del consejero de Interior sobre su dificultad de aplicar una ley que incumple el marco de estabilidad presupuestaria por el que ningún funcionario puede tener un incremento retributivo más allá de lo establecido para el conjunto de trabajadores públicos, seguimos pidiendo su aplicación. La ley está para cumplirla, aunque quienes lo aprobaron erraron de manera escandalosa en este caso.

En estos últimos tres años no hemos visto ninguna manifestación en la calle por parte de políticos y sindicalistas que, a pies juntillas, dijeron que había 5 millones de euros a "repartir" año tras año para el colectivo policial. Y es que la anterior norma hacía -según decían- ingobernable a la Policía Foral. Tres años después, seguimos igual. Quizás sea el momento de preguntar a unos y otros, a los que empujaron a la aprobación de una norma para la que auguraban las cestas llenas. Tres años después las cestas, por lo menos de la inmensa mayoría, siguen igual. Pero claro, ahora hay quién comienza a preguntarse por esas promesas salariales, y la respuesta queda en el aire.

Desde el convencimiento de que, como decía al principio, los compromisos están para cumplirlos, le pedimos al Departamento de Interior que verbalice públicamente la realidad de esta ley. La realidad no es ni amarga ni dulce; la realidad es la que es. Otra cosa bien diferente es que algunos quieran distraer la atención y culpar a la humanidad de la crisis de la cultura de la modernidad. Pero para algunos, ya no cuela.

La tan traída Ley de Policías de Navarra de la anterior legislatura vino a cerrar en falso una legislatura convulsa con el Departamento de la entonces consejera Beaumont. Un texto que aventuraba -para regocijo de algunos- buenas nuevas para toda la Policía Foral, centradas -casi exclusivamente- en aquello del poderoso caballero Don Dinero. Mal punto de partida y de llegada, a mi entender y de cuantos dijimos que aquello sería como lo de Santo Tomás, hasta no ver, no creer. Buena comparación, a tenor de las críticas, incluso inquisitoriales, que algunos sufrimos por no creer que el maná estaba al alcance de nuestros bolsillos. ¡Iluso de mí...!

Tres años después, ahora nos desayunamos, otra vez más, con aquello de... qué hay de lo mío. Tres años después es mucho tiempo como para no salir a dar explicaciones, pero claro, ahora éstas quieren que sean compartidas incluso por quienes ya advertimos de la estafa al colectivo. En medio de todo este despropósito corporativo algunos seguimos trabajando para que la Policía Foral sea respetada más allá de nuestras fronteras nacionales e incluso europeas, y sea tratada de igual a igual que otros cuerpos como la Ertzaintza o los cuerpos de policía local.

Somos conscientes de que estamos en un momento delicado económicamente hablando. Queremos dejar bien claro, por si alguno albergaba la más mínima duda, que exigimos que se cumpla la ley, que el actual Gobierno de Navarra, cuyo grupo parlamentario no apoyó favorablemente esta ley, debe asumirla como propia. Si otros cuerpos policiales, también regulados en la misma Ley de Policías de Navarra, están consiguiendo que se aplique la norma en sus plantillas, la Policía Foral no debe ni puede ser menos. Las leyes, se cumplen.

Comunicación CCOO Policía Foral