a previsible entrada en recesión de la economía española en el horizonte del 2023 implementará el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad inmersa en la cultura del Estado de Bienestar y derivará posteriormente en un shock traumático al constatarse el vertiginoso tránsito desde niveles de bienestar hasta la cruda realidad de la pérdida del trabajo, posterior desahucio e inmersión en umbrales de pobreza y dependencia en exclusiva de los subsidios sociales. Así, el número de hogares con todos sus miembros en paro se elevará hasta niveles insoportables y cada vez serán más los parados de larga duración que perderán todo tipo de subsidio, con lo que el retorno al medio rural se perfilará como una alternativa seria.

El “rurbanismo” El término “rurbanismo” describe el movimiento migratorio que se está produciendo en el Estado español de las grandes ciudades a los pueblos más pequeños (migración centrífuga frente a la migración centrípeta hacia las ciudades de la década de los 60 y 70). Así, un número creciente de jóvenes con estudios superiores recurran al campo como salida profesional y aunque todavía nos encontramos lejos de la media de la UE (cuya tasa media de incorporaciones sobre la población agrícola es del 6,4% frente al 4% del Estado español) y en la actualidad miles de personas se anuncian en diferentes foros abiertamente bajo lemas como “buscamos repoblar pueblo en busca de trabajo” o “busco pueblo que necesite familia”, oferta que podría ser complementaria con la demanda de muchos ayuntamientos rurales que tratando de repoblar pueblos semiabandonados ofrecen trabajo, vivienda y ayudas a la natalidad (el Valle de Erro en el Pirineo Navarro fue pionero hace 18 años y mantiene unas ayuda de 900 € por hijo), con la consiguiente revitalización de deprimidas zonas rurales, rejuvenecimiento de su población y retorno a escenarios ya olvidados de economía autárquica.

Nueva ideología vital Gustavo Duch, coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, traza el retrato de los nuevos agricultores y ganaderos: “Estas personas que vuelven al campo creen en explotaciones pequeñas y sostenibles cuya base son los cultivos ecológicos y no quieren utilizar las subvenciones agrícolas europeas o depender de las grandes superficies para vender sus productos pues buscan el contacto directo y la distribución por Internet que ha revolucionado este ámbito y supone una gran oportunidad de acercar los productos al consumidor”, pues según el exsecretario general de la UAGN, David Lezaun, “la venta directa permite ofrecer productos locales, de calidad y a precios asequibles pero al mismo tiempo más dignos para los productores, además de reducirse el impacto ambiental al ser menor la necesidad de transporte”. Así, la venta directa al consumidor o en circuitos cortos supone una oportunidad de desarrollo para el sector agrario que está estudiando utilizar el 57,5% de las empresas navarras de este ámbito, citando un análisis que forma parte de un proyecto conjunto de la Fundación Fundagro, la UAGN, la Sociedad de Infraestructuras Rurales Aragonesa (Sirasa) e Itsasmendikoi (CAV), para el impulso de esta forma de comercialización, que pretende evitar los aumentos de precio a causa de los intermediarios .

Como ejemplos, citaríamos a Carne ecológica Menaut, iniciativa pilotada por Juan Ignacio Ibáñez Eseberri que pretende acercar directamente a la mesa del consumidor una carne de potro y cordero ecológico de alta calidad desde su borda de Izalzu (Navarra), a través de Twitter y Facebook. Asimismo es obligado citar a Manuel Andueza que fue uno de los pioneros de la producción ecológica a la que decidió sumarse para conseguir un producto diferente y de mayor calidad y que desde su explotación en Oronz (Navarra), vende patata ecológica de siembra y consumo además de cordero lechal.

Implementación de la Teoría del decrecimiento Según CCS (Centro de Colaboraciones Solidarias), “no es posible seguir creciendo de forma indefinida pues seguir por esa senda tan solo producirá más miseria social y más destrucción ecológica y para ello hay que gestionar de forma sostenible nuestra riqueza natural”.

Agricultura, ganadería y explotación forestal son sectores que llevan décadas en decadencia, ahogados por la competencia desleal que impone la economía global y sin embargo tienen un enorme potencial para crear ecoempleo pero para ello sería necesaria la implementación por la UE de medidas proteccionistas (Fomento del Consumo de Productos nacionales), en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas y subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados. Así, se podrían crear en Navarra cerca de 20.000 puestos de trabajo apoyando la producción ecológica de alimentos, incentivando el consumo local de productos agrícolas y ganaderos autóctonos y promoviendo la conversión de la actual industria forestal hacia explotaciones que cultiven especies de mayor valor añadido o que produzcan de forma sostenible la biomasa que necesita el país para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.

El autor es analista