Las políticas de la Administración Foral tienen un impacto directo en la vida de los niños, niñas y adolescentes navarros, por ello, desde UNICEF Comité Navarra queremos recordar al nuevo gabinete las propuestas que consideramos esenciales para avanzar en políticas en favor de la infancia.

Hay numerosos retos que debemos abordar de manera inmediata, la pobreza infantil, proteger a los niños y niñas frente a la violencia, cuidar su salud mental, garantizar para todos y todas una educación inclusiva y de calidad, promover los derechos de la infancia también en el ámbito digital o asegurar que vivan en entornos limpios y saludables son algunos de los aspectos que deben encontrar acomodo en esta legislatura.

Para ello es necesario que el interés superior de la infancia esté presente en el proceso de adopción de las decisiones o la definición de las políticas públicas, que la inversión en infancia sea una prioridad, que mejore la coordinación entre las instituciones entre el ámbito local y el autonómico, y que avancemos en la participación infantil.

En Navarra tenemos 119.705 niños, niñas y adolescentes que representan el 18,15% de la población de la comunidad.

Es cierto que la infancia ha ganado presencia en la agenda pública y política en los últimos años. Sin embargo, los indicadores que miden el bienestar de la infancia, y las continuas vulneraciones de sus derechos en diferentes ámbitos nos dicen que todavía necesitamos trabajar para que la infancia tenga la prioridad que se merece en la agenda política en todos los niveles.

Hay una cuestión que es crítica para UNICEF. Es la lucha contra la pobreza infantil.

Ya antes de la crisis de la pandemia, las tasas de pobreza infantil en nuestro contexto económico eran inadmisibles. Según datos del Observatorio de la Realidad Social de Navarra, el grupo de edad con mayores tasas de riego de pobreza es el de 0 a 17 años.

¿De qué hablamos cuando hablamos de pobreza infantil? Cuando hablamos de la pobreza infantil en Navarra nos estamos refiriendo a las situaciones de desventajas que padecen muchos niños y niñas, como privaciones materiales importantes para su vida diaria, malnutrición y baja calidad de la alimentación, fracaso escolar y abandono educativo temprano, menores oportunidades de participar en actividades sociales y de ocio o deporte en su colegio o comunidad, o las tensiones y violencia verbal y física que tienden a surgir en hogares con dificultades económicas.

Pues en Navarra hoy hay 30.165 niños y niñas en riesgo de pobreza o exclusión social, son el 25,2% de los niños y niñas de Navarra según la tasa AROPE que nos da la última Encuesta de Condiciones de Vida. Por ello debemos trabajar, porque cada niño en situación de pobreza es un niño al que negamos sus derechos más elementales.

Y hablando de pobreza, no podemos olvidarnos de los millones de niños y niñas alrededor del mundo que están sufriendo hambre, que mueren por enfermedades prevenibles o les es negado su derecho a la educación. En el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible es necesario establecer alianzas entre las entidades públicas y privadas, colaboraciones entre países fortaleciendo las políticas de cooperación al desarrollo, y avanzar en la coherencia de las políticas.

En 2021 se aprobó la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), un marco normativo e institucional para la puesta en marcha de políticas públicas especialmente focalizadas en la prevención y protección de los niños, niñas y adolescentes frente a las diferentes formas de violencia, mediante la asignación de responsabilidades específicas a diferentes agencias de gobierno, y un llamado a la articulación y la coordinación entre las Administraciones Públicas en todos los niveles.

Tenemos un marco normativo muy ambicioso, tenemos la LOPIVI por un lado y la nueva Ley Foral de Infancia aprobado el año pasado, pero para que los objetivos de estas leyes se cumplan y verdaderamente hagamos un cambio de modelo hacia una intervención basada en la prevención, en el cumplimento los derechos de la infancia y en su principio del interés superior del menor sobre otro tipo de intereses, es necesario una mayor inversión en educación, en salud, en derechos sociales, en justicia etc., una mejor planificación y una mayor coordinación interinstitucional.

No podemos olvidar que tenemos la obligación de proteger a los niños y niñas migrantes no acompañados, ya que constituyen un colectivo especialmente vulnerable.

Otra cuestión que preocupa mucho a UNICEF es la salud mental. En todo el mundo, los problemas de salud mental y el malestar emocional son una causa importante de sufrimiento de niñas, niños y adolescentes que a menudo se pasa por alto y que interfiere en su salud y su educación, así como en su capacidad para alcanzar su pleno potencial. El derecho al más alto nivel posible de salud mental es una parte esencial del derecho humano a la salud.

En Navarra la última Encuesta Social y de Condiciones de Vida Año 2021, revela un incremento del porcentaje de personas de 15 a 29 años con sentimiento de “bajo bienestar general”, del 13,3% en 2017 al 26,8% en 2021; y también en el mismo rango de edad, un aumento de más de puntos del porcentaje de personas que creen necesitar atención en salud mental (8,1% en 2017 a 10,7% en 2021).

Un reciente estudio del Instituto de la Juventud de Navarra confirmaba estos datos.

Por todo ello, desde UNICEF consideramos necesario escuchar a los niños, niñas y adolescentes y abrir la conversación pública para acabar con los estigmas; apoyar a las familias y personas cuidadoras para que puedan comprender mejor sus necesidades; garantizar que las escuelas apoyan la salud mental y son entornos protectores del bienestar emocional; y asegurar que todos los sectores, incluyendo los servicios de salud, cuentan con inversión suficiente para el acompañamiento, la prevención y la atención en salud mental, con un enfoque basado en la prevención, la promoción y el cuidado, que sea capaz de ofrecer una atención reforzada a los niños, niñas y adolescentes que están en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Una cuestión muy vinculada al bienestar emocional de la infancia, y el ámbito en el que los niños y niñas están expuestos a unos mayores riesgos es el entorno digital.

Todo lo que tiene que ver con el entorno tecnológico, se ha convertido en los últimos años en una gran amenaza al bienestar y la garantía de los derechos de la infancia.

Las Tecnologías para las Relaciones, la Información y la Comunicación (TRIC) ofrecen a los adolescentes ventajas y oportunidades para su desarrollo y aprendizaje, además de ser un aporte trascendental a nivel social y emocional. Sin embargo, las nuevas tecnologías también entrañan grandes riesgos.

Según un informe elaborado por UNICEF en 2021 un 30,1% de adolescentes de la Comunidad Foral de Navarra tendrían un Uso Problemático de Internet y las Redes Sociales. Que quiero decir con esto, un 31% según la OMS, posiblemente esté enganchado a Internet y las redes sociales. Se caracteriza por una elevada frecuencia e intensidad de conexión (muchos días y muchas horas) y un alto grado de interferencia en el día a día del adolescente.

Según una investigación realizada por UNICEF en Navarra y publicada en 2022, el uso del móvil en los niños y niñas es precoz, el primer móvil lo reciben a los 11,22 años. Y el uso es intensivo, 88,8% se conectan todos los días, el 21% usan Internet más de 5 horas al día entre semana, y 1 de cada 2 adolescentes duermen con el móvil. Y se enfrentan a muchos riesgos, 12,5% han enviado mensajes de contenido erótico/sexual, 11.7% han sido presionados para que enviaran fotos/vídeos suyos de contenido erótico/sexual (presiones) y 1 de cada 5 se conecta por la noche.

Con el objetivo de promover que niñas, niños y adolescentes puedan navegar y aprender seguros en internet, desde UNICEF proponemos:

Generar o actualizar normativas, protocolos, programas, medidas y mecanismos de protección ante las nuevas y cada vez más patentes formas de vulneraciones sobre los derechos de la infancia que se derivan del uso de las Tecnologías para las Relaciones, la Información y la Comunicación.

Incrementar las intervenciones dedicadas al desarrollo de las competencias digitales en el ámbito educativo, ofrecer herramientas y el apoyo necesario a las familias y a los propios adolescentes, sin olvidar a la industria tecnológica y su rol fundamental para promover su bienestar digital.

Sabemos que los retos son enormes, y sabemos también que las amenazas sobre el bienestar de la infancia son enormes, es por ello por lo que necesitamos máxima unidad y máxima prioridad a las políticas de infancia en Navarra.

El autor es presidente de UNICEF Comité Navarra