Al acercarse el final del año el Gobierno tiene que presentar el Presupuesto General del Estado para su aprobación en las Cortes o hacer una prórroga de los mismos. Como el Presupuesto define como van a ser los ingresos y gastos, debe ser trasparente y comprensible para que la ciudadanía conozca las prioridades de gasto que establece el Gobierno, ya que no hay suficiente dinero para satisfacer las necesidades de todos los ministerios. Sin ese conocimiento la ciudadanía no puede manifestar su acuerdo o desacuerdo. Analizando el presupuesto de este año (2023) vemos que no es ni trasparente ni claro, por lo que exigimos que el próximo año los partidos se comprometan a eliminar las trampas que hay y se muestre con claridad el presupuesto dedicado a lo militar. Según las afirmaciones del Gobierno, el presupuesto de Defensa para el año 2023 ha sido de 12.827 millones de €, con una subida de un 26% sobre el año anterior, que también había tenido un gran aumento. El incremento es enorme sobre todo si la comparamos con la subida en Sanidad que sólo sube el 6,5%, Derechos Sociales el 17,4%, la Seguridad social un 13%, Cultura 16%. Se constata que el presupuesto del Ministerio de Defensa es elevadísimo y la subida vertiginosa. Pero el dato es aún mucho más escandaloso si tenemos en cuenta que, como confirma el Centre Delás de estudios sociales (que anualmente hace un seguimiento de los presupuestos de defensa), el Gobierno a la hora de hacer el presupuesto esconde muchas partidas en otros ministerios. Ni tan siquiera sigue las directrices que la OTAN recomienda a la hora de asignar las partidas de Defensa. Siguiendo este criterio OTAN, afirma el Centre Delás, el gasto se duplica llegando a 26.616 millones de euros (el 2,17 de PIB), estaríamos por encima del 2% que pide la OTAN. Pedro Sánchez ha adelantado 6 años el cumplimiento del compromiso adquirido para el 2029. Este engaño permanente es más doloroso de explicar si tenemos en cuenta que este Gobierno se presenta como el más progresista de la historia. Pero aún encontramos un agravante mayor. De la ocultación pasamos a la mentira. Al hacer un seguimiento de las modificaciones presupuestarias se pone de manifiesto la utilización fraudulenta de “los Fondos de Contingencia” para ocultar el gasto militar. La realidad es que todos los años, todos los gobiernos, han dedicado una parte de esos fondos (cuyo objetivo es para imprevistos: desastres naturales, etc, y pequeños ajustes presupuestarios), para complementar gastos presupuestados insuficientemente de forma deliberada (por ejemplo, los gastos de misiones en el exterior) o directamente a autorizar gastos previsibles pero no contabilizados. Como pone de manifiesto J. Carlos Roig y el grupo de estudio sobre el gasto militar del que es miembro, para el 10 de octubre ya se habían comprometido 22.360 millones de € entre el gasto militar extra y compromisos de crédito a pagar en varias anualidades, que no se habían recogido en los presupuestos. Por lo que la estimación de J. Carlos Roig al comienzo del año de que el presupuesto real ascendería a 48.800 millones € puede quedar corta. Es posible que al finalizar el año el gasto ejecutado llegue a ser 4 veces mayor que el presupuestado para el Ministerio de Defensa. Esta forma de presupuestar y de hacer las modificaciones presupuestarias son contrarias a los principios de transparencia, claridad y comprensibilidad que tienen que regir en los Presupuestos Generales del Estado. Ningún partido político con representación en las Cortes puede aceptar que el Gobierno presente unos presupuestos que no se ajustan a la realidad, que dificultan, hasta hacer imposible, el conocimiento del verdadero gasto militar. Por lo menos se deben comprometer a presentar el gasto militar siguiendo los mismos criterios que se utilizan en la OTAN, aunque lo deseable es que no permitan la “ingeniería contable” para ocultar a la ciudadanía el verdadero gasto militar. La ciudadanía tiene el derecho de conocer la cantidad total de gasto militar y poder valorar si es el adecuado o es tremendamente elevado si se compara con los otros gastos que realmente mejoran las condiciones de vida de la población. Exigimos a los partidos políticos que informen a la ciudadanía del verdadero gasto militar y que combatan la falacia de que la defensa de un país se basa exclusivamente en su capacidad militar e industria armamentística. Y consecuentemente dirijan los fondos destinados al derroche militar en aumentar los gastos sociales y en prevenir conflictos internacionales, gestionando los conflictos sin recurrir a la guerra.

*Plataforma contra las guerras - Gerrarik ez