PAMPLONA. VA a terminar por ser cierto que cuando un jugador de Osasuna dice o hace algo que no encaja con lo que algunos tienen establecido, la tormenta mediática está asegurada. Porque no es la primera vez que le sucede a un rojillo implicado en algo que puede generar polémica: lo que parecía gracioso o atinado para unos se torna en polémico cuando lo hace uno de Osasuna. No se entiende si no la artificial polémica que algunas cadenas televisivas, con Antena 3 a la cabeza, han tratado de crear a cuenta del gol que anotó Javier Camuñas en La Romareda. Fue el propio jugador quien nada más terminar el partido desveló la razón por la que tras obtener el tanto que suponía el empate a uno se marchó corriendo hacia el banquillo donde el fisioterapeuta del equipo, Pedro Villar, le dio una pistola de juguete con la que el goleador tonteó unos instantes mientras duró la celebración. "A Pedro le gusta disfrazarse de vaquero, en alguna ocasión nos ha venido disfrazado así, y me había dicho que no tenía valor de hacerlo si marcaba un gol. Y decirme eso a mí es provocarme", comentó el madrileño con una sonrisa en la boca.
Al margen de los gustos personales, fue una celebración que no se salió en absoluto de la normalidad, ni más ni menos atinada de lo que diariamente se puede ver por los campos de fútbol, pero para los informativos de Antena 3 la celebración fue motivo suficiente para criticar al jugador. En su informativo de la tarde, la cadena, que durante la mañana había comentado el asunto en su programa Espejo público, elaboró una información al respecto en la que se insistía que no es de recibo que se celebre un gol enarbolando una pistola.
No se quedó ahí la cosa, porque tras el entrenamiento que la plantilla llevó ayer a cabo en Tajonar, Camuñas tuvo que responder a varias preguntas sobre la cuestión, que el jugador se encargó de zanjar por la vía rápida: "Lo celebré de esta forma tan graciosa y con toda la buena fe del mundo".
Lo cierto es que Camuñas, sin saber que el asunto iba a tener mayor repercusión, también dijo en el propio estadio zaragocista que el gol iba a dedicado al que fuera su compañero hasta hace cinco meses, Juanfran, que el domingo perdió a su padre, pero sobre eso no hubo comentarios en los informativos y todo quedó a la interpretación sobre si fue un acto que incitaba a la violencia.
Llegados a este punto es conveniente recordar las celebraciones similares de otros jugadores, como las de Osvaldo, el delantero argentino del Espanyol, que cada vez que anota un gol simula que tiene una ametralladora con la que dispara a los aficionados que lo celebran. No está claro si en los informativos de Antena 3 han visto a Osvaldo en plena acción, pero sería lógico pensar que si ven criticable la celebración de Camuñas tendrían que hacer lo propio con la del argentino.
Algo parecido sucedía con el exjugador del Barcelona en las temporadas 97-98 y 98-99, Sony Anderson, conocido como El pistolero por su costumbre de celebrar sus goles como si desenfundara sus pistolas. No hubo quejas en los medios de comunicación, al revés, el brasileño acabó por perfeccionar su técnica a la vista de la repercusión que tenía.
Pero está claro que Camuñas y Osasuna son diferentes, por lo menos en cuanto al trato que reciben si se compara con lo que sucede con otros jugadores. Ya lo pudo comprobar esta temporada otro rojillo, Walter Pandiani, sometido a un auténtico juicio público por encararse con Cristiano Ronaldo en Pamplona cuando el portugués le preguntó cuanto dinero cobraba. Lejos de poner en duda la actitud del portugués, la prensa de Madrid se lanzó a la caza de Pandiani. No será la primera vez, pero ya estamos acostumbrados.