dESPUÉS de 114 días sin fútbol en el Sadar, tocaba de nuevo sacar a relucir el kit osasunista especial para bajar al campo. Estaba compuesto de la bufanda, la camiseta, y alguno hasta con el farias, como decía el clásico de Tijuana in Blue. Esa canción que seguía: "Qué marcha en El Sadar". Y sí hubo marcha, sí. Al menos en el primer tiempo y parte del segundo, cuando pudimos ver muchos minutos en el marcador el 1-0 gracias a Llorente, que nos dejaba a todos con los ojos haciendo chiribitas. Otra vez poniendo en evidencia a un grande.
Durante ese tiempo, que cuando vas ganando parece que se hace más largo todavía, la alegría de Ander se manifestaba en un original repertorio musical dedicado al Barça, dada su llamativa indumentaria de ayer. "Camiseta naranja, pantalón de limón", cantaba el amigo de grada. Por cierto, que Piqué debió de pensar que en Pamplona siempre hace frío, porque escogió la elástica de manga larga, a pesar de que es agosto.
Pero llegó el minuto 75, y lo que se presumía un camino de rosas se convirtió en una senda de espinas. Messi y Muñiz Fernández hicieron de las suyas, y en un visto y no visto nos quedamos con cara de incrédulos. Con lo bien que nos lo estábamos pasando, en el día de reencuentros con la gente del fútbol. Pero esto acaba de empezar y queda toda la temporada por delante para seguir disfrutando de Osasuna.