pamplona - ¿Participó Osasuna en la Vuelta a España de 1942? El Mundo Deportivo anunciaba el 3 de junio de ese año en portada que el club pamplonés estaría en la línea de salida en Madrid en la fecha prevista del 23 de junio. Tres días después, la prensa local aportaba también los nombres y el palmarés de quienes compondrían el equipo en la cuarta edición de la ronda hispana: el bilbaíno Jesús Dermit, el aragonés Martín Abadía, su paisano José Lahoz y el navarro de Igúzquiza Félix Vidaurreta. El periódico barcelonés daba por garantizada asimismo la presencia de los corredores del CF Barcelona y Deportivo de La Coruña.

La escuadra rojilla, a tenor de los resultados conseguidos en los primeros meses de competición, aparecía como una de las más competentes (en abril ya había exhibido músculo ganando el premio por equipos en la Subida a Arrate y en el XII Circuito de Pamplona), aunque para esta cita no podía contar en su filas con Ignacio Orbaiceta, su elemento más carismático y aventajado.

La presencia de Osasuna en las carreteras y el potencial de sus ciclistas provocaba encendidos elogios, como los que pueden leerse en la edición del 9 de abril en El Mundo Deportivo: “Ya se dibuja un tercer equipo de club, con figura, sino arrogante, sí intrépida para competir con los fuertes equipos del RCD La Coruña y CF Barcelona en las grandes pruebas de rutas nacionales. (?) Nuestra felicitación al gran club pamplonés por su decisión extendiendo sus actividades y el prestigio de sus gloriosos colores (?) y que pone de manifiesto el gran espíritu deportivo de Osasuna y sus directivos”.

Todo lo escrito y los datos aportados en las informaciones, así como el rigor de los medios citados, invitan a pensar que la intención de Osasuna era seria. Quizás influyeran las diversas incidencias que demoraron el comienzo de la prueba sobre la fecha prevista, trasladándola al 30 de junio. No hay constancia tampoco de accidentes o lesiones de los ciclistas rojillos; es más, el propio club anunciaba en prensa el 18 de junio que acudiría a la Subida a Santo Domingo, en Bilbao, con Mancisidor, Orbaiceta, Abadía y Vidaurreta. Sin embargo, el día de inició Osasuna no compareció en la capital. Sí lo hizo, de manera individual, sin equipo, Vidaurreta, un romántico del ciclismo. Y también Martín Abadía.

una sección del club

De los felices veinte a la postguerra

La práctica de ciclismo estuvo ligada a Osasuna desde el nacimiento del club en 1920. Registra notable actividad entre 1922 y 1926, se diluye en la década de los treinta y reaparece brevemente en 1942.

Los fundadores contemplaban en su proyecto una estructura polideportiva en la que además del fútbol tuvieran espacio otras disciplinas, entre ellas también el atletismo, la pelota y el excursionismo. La recién nacida sociedad no dio solo cobertura a sus ciclistas sino que intervino en organización de pruebas e hizo aportaciones de premios a los participantes.

El Osasuna de la postguerra mantenía su entusiasmo inicial pero padecía una carencia alarmante de medios económicos que llegó a poner en peligro la supervivencia del club. El presidente Antonio Lizarza (1941-43 y 1944-46) exponía en noviembre de 1941 su proyecto para recuperar aquellas disciplinas, incluso incorporar la natación, en la que entonces descollaba el pamplonés José Luis Ollo. Fue un plan efímero que rescató el ciclismo y el atletismo, pero que tuvieron una corta resurrección.

las figuras

Orbaiceta y Vidaurreta

Ignacio Orbaiceta y Félix Vidaurreta eran las dos figuras de la época que daban consistencia y poderío al equipo de Osasuna. Junto a ellos, formaban también parte de la escuadra Dermit, Lahoz, Abadía y Mancisidor. Es de suponer que además del paraguas que aportaba el nombre del club para atender algunas necesidades, hubiera también alguna mínima recompensa económica. De hecho cuando Lizarza avanza en 1941 su proyecto, subraya la intención de apoyar a Orbaiceta, que sopesaba abandonar el ciclismo porque no encontraba subvención para sufragar los gastos que le suponían los desplazamientos.

Vidaurreta dibuja bien esas estrecheces que sufrían los ciclistas y recordaba un panorama de pura subsistencia que pudo ser una de las causas que hizo desertar a Osasuna de la Vuelta: “Es cierto que se corría en equipos, pero no tenía ni comparación con los de ahora. Llevábamos solo el nombre de alguna marca, normalmente de bicicletas, que te daba algo de material. Lo demás, los viajes, la estancia, la comida, todo lo tenías que pagar por tu cuenta. Eso sí, nos repartíamos los premios, aunque a veces quedabas de acuerdo con corredores de otros equipos”, rememoraba Vidaurreta, según recogen Javier Encinas, Jorge Nagore y Javier Osés en su obra La historia del ciclismo en Navarra.

Porque con esa nómina de ciclistas, la actividad que desplegaban en las carreras y sus buenos resultados, no era descabellado pensar en la participación de Osasuna en una Vuelta a España que necesitaba armar un pelotón recio. Orbaiceta, que comenzó a despuntar con solo 17 años, tenía como uno de sus éxitos más relevantes de aquel curso de 1942 la victoria en el Circuito de Pamplona por delante de su compañero Dermit. Orbaiceta fue un fenómeno de masas en Navarra; en su palmarés destacan cuatro títulos de campeón navarro, tres en el Circuito de Pamplona, una victoria de etapa en la Vuelta a España (1946) y tres en la Volta a Catalunya. Dejó el deporte con 26 años para dedicarse a sus negocios.

Por su parte, Félix Vidaurreta, antes de aquella Vuelta a España de 1942, cruzó primero la meta en una prueba celebrada en Vitoria. Con la dificultad de no encontrar acomodo en un equipo y competir siempre de forma individual, a su retirada dejó un palmarés con numerosos triunfos entre los que merecen ser mencionados un título de campeón navarro, el Gran Premio de Placencia, el Gran Premio de Llodio y una Subida a Aránzazu.

Pero, volviendo al principio, pese a contar con esos ciclistas de cierto empaque, el titular del periódico barcelonés quedó en anécdota de hemeroteca. A la salida de la prueba en Madrid acudieron Martín Abadía (enrolado en las filas del equipo Cinzano) y Félix Vidaurreta, que lo hizo por su propia cuenta, lanzado a la aventura. “Ahorré todo el dinero que pude y me fui para Madrid”, recordaba. Su ilusión tuvo un corto recorrido: abandonó en la primera etapa antes de llegar a la meta de Albacete. Abadía dejó el pelotón en la cuarta etapa.

Ahí terminó la corta presencia (por llamarlo de alguna forma) de Osasuna en el ciclismo de grandes vueltas, la última hasta hoy mismo.

la carrera

Berrendero, de principio a fin

Es difícil precisar los motivos que desembocaron en la no presencia de Osasuna en la Vuelta de 1942. Aquella edición, la segunda tras la guerra civil, en plena contienda mundial y organizada esta vez por el diario madrileño Informaciones, ya resultó milagroso que comenzara y terminara. Porque, al menos, hubo dos aplazamientos de fechas. La demora en la llegada a España de los ciclistas extranjeros (franceses, italianos y belgas) y la carencia de combustible para repostar la caravana influyeron en los cambios de fecha. Hasta que el 30 de junio, con 40 participantes, el pelotón comenzó a rodar después de que el general Uzquiano, que estaba acompañado por el embajador francés, diera la salida al grito de “Franco, Franco, Franco”, según enfatizaba la prensa de la época.

La carrera, que atravesó Navarra camino de San Sebastián y solo hizo una breve parada para repostar, fue dominada por Julián Berrendero (que corría en el Deportivo de La Coruña) desde la primera a la última de las 17 etapas: nadie logró desbancarle del liderato, en una gesta que solo ha repetido el belga Freddy Maertens (1977). El madrileño, que entonces tenía 30 años, reeditaba su éxito de la edición anterior. Terminaron la prueba 18 corredores.