Pamplona - “Quiero felicitar a Íñigo por su vuelta”. Son palabras de uno de los protagonistas del encuentro del domingo, Rubén García, que demuestran la importancia del debut de una pieza importante en el vestuario como es Íñigo Pérez tras siete meses lesionado. Además, el txantreano retornó a Primera siete años después y lo hizo, de nuevo, ante el Valencia, el último equipo contra el que jugó en la máxima categoría.

“Después de tanto tiempo y con un partido tan redondo, es una alegría”, comentaba el centrocampista de Osasuna. Aunque tampoco hace falta que lo hiciera. A Íñigo Pérez no se le borra la sonrisa desde que por fin dejó de sentir ese importante y molesto dolor en el pie. Ha tardado siete meses, pero ya está de vuelta y no quiere pensar en nada más que en disfrutar del fútbol. “Llevo varias semanas sin acordarme del pie y eso es algo bueno”.

Después de siete meses en los que los sinsabores se han multiplicado al no apreciar mejoría en su lesión hasta este último tramo, la cabeza de Íñigo había imaginado cómo sería el momento en el que volvería a saltar a un campo y, como él mismo reconoce, no podía pensar en un escenario tan bueno como el del domingo pasado. “A nivel de resultado y del partido, no me lo imaginaba tan redondo. Creo que desde el minuto 1 fuimos una apisonadora. Hicimos un partido como para estar orgullosos”.

Además, el recibimiento de la grada, que coreó su nombre en cuanto pisó el césped de El Sadar, agrandó ese sentimiento de alegría en Íñigo Pérez. “Cuando pasas tanto tiempo fuera, volver al campo y escuchar a tu afición corear tu nombre, seguramente el espectador cree que no supone nada, pero para el que lo recibe tiene un calado tremendo y es que ahora mismo lo digo y se me pone la piel de gallina. Agradecer a la afición ya que me ha llegado mucho”.

No le pesaron mucho las piernas al centrocampista. O sí, pero el corazón bombeada más rápido para que no apareciese ningún síntoma de agotamiento. “Cuando crees en algo, lo haces sin darte cuenta del cansancio”, sentencia con su habitual naturalidad.

siete años después Pero la vuelta de Íñigo fue aún más especial ya que lo hizo en la máxima categoría del fútbol. Siete años han pasado desde la última vez que jugó en Primera. Lo hizo, además, contra el Valencia, el rival con el que se estrenó el pasado domingo. Era el 20 de octubre de 2012. Siete años (y una semana después), Íñigo volvió a sonreír en Primera tras un largo recorrido en el que ha tenido que ver la parte más oscura del fútbol, pero eso ya es pasado. Osasuna tiene fichaje de otoño y es de los buenos.