Pamplona. Los exdirectivos del Club Atlético Osasuna José Luis Roldán y José Manuel Purroy han asegurado que no recibieron dietas por desplazamientos diferentes a las de gastos ya ejecutados y han señalado que no se planteó esta posibilidad en ninguna de las Juntas a las que ellos asistieron.

Ambos ha declarado como testigo en el juicio contra seis exdirectivos de Osasuna, tres exjugadores del Betis y dos agentes inmobiliarios acusados de delitos de apropiación indebida, societarios, falsedad en documento mercantil, falsificación de las cuentas anuales y corrupción deportiva por el supuesto amaño de partidos.

También han hecho referencia ambos a su desconocimiento de que hubiese una salida de dinero sin justificar de 900.000 euros y a que esto se tratase alguna vez en Junta.

Al contrario de lo expresado durante su declaración el ex contable, Manuel Ganuza, ambos han manifestado que nunca se sintieron ninguneados dentro de la Junta, considerando a este respecto Roldán que "en el día a día posiblemente haya que tomar muchas decisiones y no haya que esperar a que haya una Junta para tomarlas".

Purroy sí que ha hecho referencia a la existencia de otros tipo de juntas, que ha denominado "presidenciales" aludiendo a que muchas cosas como los fichajes de jugadores "venían dadas" y el expresidente Miguel Archanco se limitaba a informar sobre ellas.

En referencia al préstamo de 600.000 euros al club realizado por José Antonio Osés, cuñado de Purroy, el exdirectivo ha asegurado que tuvo conocimiento del mismo cuando su cuñado le comunicó que no le estaban pagando, un asunto que, según ha indicado, le trasladó al exgerente Vizcay, con quien formalizó el crédito, y desconoce si este se lo dijo a Archanco.

En cuanto a las ocupaciones del extesorero Sancho Bandrés, han señalado que se dedicó a negociar la deuda del club con Hacienda, coincidiendo al señalar que en el desempeño de esta labor mantuvo constantes reuniones.

Roldán ha explicado que su dimisión en verano del 2014 se explica en que antes de su entrada desconocía la situación del club y "la gran deuda que se había ido montando con la gestión de los años anteriores", transmitiendo ya en Navidad su intención de marcharse.

En cuanto a su negativa a firmar las cuentas, ha explicado que no quiso firmar las que no correspondían al ejercicio en el que ellos estaban al frente y en el siguiente año eran "unas cuentas impagables" y en una "situación insalvable", indicando además que como desde hacía meses tenía intención de irse se despreocupó.