Osasuna no contempla la contratación de algún refuerzo en el mercado invernal porque no hay recursos en el club para afrontar un desembolso. Por ahora, la situación económica de la entidad no permite tal posibilidad pese a que el momento deportivo no es el mejor y, en estos casos, se mira tradicionalmente hacia afuera para apuntalar alguna posición que reactive al grupo.

Los técnicos del club no tienen previsto acudir al mercado y tan sólo podría ser posible una situación de este tipo a partir de la salida de algún futbolista y que, lo que se ahorrara por su marcha o lo que se ingresara por un hipotético traspaso, repercutiera en las arcas para realizar una posterior inversión.

Osasuna tiene un buen número de jugadores lesionados y la recuperación de efectivos se presenta como la principal circunstancia para apuntalar el grupo. Al margen de Chimy Ávila, lesionado de gravedad en septiembre y que, cumpliendo los plazos con normalidad, no estaría en condiciones de regresar hasta el último mes de competición, la primera plantilla tiene en el dique seco a Juan Pérez -el tercer portero, cuyo puesto lo están ocupando otros cancerberos del filial-, Lucas Torró, Jony y Adrián.

El primero, que había llegado como un futbolista importante para el centro del campo, está teniendo una participación muy limitada y, además, se lesionó en el partido con el Sevilla del 7 de noviembre -hace un mes- y no se sabe cuándo podrá reaparecer porque su presencia en los entrenamientos no es habitual. A Jony, la lesión en el Camp Nou -una rotura muscular de grado II en el bíceps femoral de la pierna izquierda- le va a mantener de baja hasta el año que viene, por lo que se va a perder el cargado mes de encuentros de diciembre cuando se estaba convirtiendo en un agitador interesante del juego de ataque.

Adrián, con una lesión de grado I-II en el sóleo de la pierna derecha que le impidió estar en el partido en Barcelona, probablemente tampoco estará hasta 2021. Con todos sanos en enero, las cosas deberían mejorar.