Osasuna acababa de disputar ante el Espanyol el que a la postre sería el último partido con público en la grada (hasta el día de hoy) y se preparaba para preparar la visita a Anoeta, una fecha en el calendario marcada en rojo tanto para la afición rojilla como para Jagoba Arrasate, puesto que el técnico volvía a casa.

Sin embargo, lo sucedido hace un año no entraba en las quinielas de la sociedad, que vio paralizada su actividad debido a la aparición de una pandemia mundial. Y el fútbol no iba a ser menos.

La primera plantilla de Osasuna llegaba hace un año a unas instalaciones deportivas a puerta cerrada para personal ajeno al club como medidas preventivas en relación a la Covid-19. Sin embargo, dos días después cesaba cualquier tipo de actividad deportiva.

Hace un año Osasuna comenzaba su periodo de reclusión, alejado de aficionados, periodistas habituales y todo aquel que cayera por Tajonar. Entre las medidas adoptadas, los empleados de la entidad rojilla debían comunicar al jefe de los servicios médicos del club, Andrés Fernández, cualquier incidencia susceptible de poder estar relacionada con el coronavirus para poder obrar en consecuencia. Por tanto, los empleados de seguridad del club impedían la entrada a todo aquel que carecía del pase expedido por el club y los que entraban acreditados quedaban anotados en el registro.

Con la declaración en los días posteriores del estado de alarma y la suspensión de LaLiga el escenario cambió. Los futbolistas, como cualquier otra persona, se confinaron en sus domicilios, pero con el transcurso de las semanas pudieron volver a desempeñar su labor, siempre de manera escalada y progresiva.

Tajonar comenzó a convertirse en una burbuja, con el fin de evitar propagar la pandemia y con el paso de los meses las medidas, todas ellas adoptadas por el protocolo de seguridad de LaLiga, se han ido flexibilizando, hasta el punto en el que la afición puede acudir al recinto deportivo, pero únicamente con el fin de presenciar los encuentros del equipo femenino, el Promesas o el División de Honor, que quedan ajenos a la burbuja que rodea al primer equipo y en la que han comenzado a entrar los medios de comunicación.

Torres, con mascarilla en Tajonar.

Acostumbrados por aquel mes de marzo los periodistas a campar a sus anchas por las instalaciones, ahora deben ubicarse en una zona determinada establecida por el club y separada por señalizaciones. Los trabajadores de medios de comunicación deben tomarse la temperatura en la entrada, donde deben mostrar la pertinente acreditación que le otorga el pase a la grada, donde disponen de geles hidroalcohólicos.

La afición, que daba calor y color a la grada de Tajonar, se ha visto sustituida por un delegado de LaLiga, encargado de vigilar que la entidad cumple con las medidas adoptadas. Así ha sido la evolución del búnker de Tajonar, 365 días después de que sus puertas se vieran obligadas a cerrar el paso al público.

Cronología de los hechos

Cronología de los hechos11 de marzo - Tajonar se blinda

La primera plantilla de Osasuna estrenó las medidas para evitar el contagio de la Covid-19 en un primer día recluidos en Tajonar.

En la reorganización de las instalaciones deportivas -todavía vigente- los jugadores de Arrasate están apartados en una estancia específica, con un vestuario y otras dependencias sin contacto con otros equipos.

De esta manera, el filial rojillo, que se ejercita a la misma hora que la primera plantilla, también comenzó a entrenarse en otro campo para acceder a unos vestuarios distintos. La división de espacios diferentes para cada equipo también se produjo para los equipos femenino, de División de Honor y el fútbol base, que suspendió su actividad.

14 de marzo - Última sesión y cese de toda la actividad

Osasuna comunicó el cese total de la actividad de todos sus equipos, incluyendo el de la primera plantilla. La única actividad que llevó a cabo el club tanto en las instalaciones deportivas de Tajonar, como en el estadio de El Sadar, fueron labores de mantenimiento que resultaran imprescindibles.

En ese nuevo escenario emergió la importancia de la figura de Sergi Pérez, preparador físico del club, que ideó un plan específico para sus jugadores a expensas de cómo se sucedían los acontecimientos. Además, los jugadores recibieron charlas de servicio sobre higiene y reducción de movilidad con el fin de erradicar la pandemia. Ese mismo 14 de marzo se aprobó el estado de alarma.15 de marzo - Positivos en el Espanyol encienden las alarmas

Las alarmas saltaron en el seno de la entidad rojilla cuando, una semana después de enfrentarse a Osasuna en El Sadar, seis miembros del Espanyol dieron positivo en coronavirus.

La entidad rojilla renunció a hacer las pruebas que LaLiga puso a disposición de los clubes a sus jugadores -antes de saber los casos en el Espanyol- al considerar que no eran necesarios cuando en aquel momento no se conocía si se iba a reanudar la competición y menos aún cuando este tipo de pruebas no se estaban realizando a la totalidad de los posibles afectados para descartar la enfermedad. Osasuna habló incluso de que se trataba de "un lujo" acceder a ellos en ese escenario.

8 de mayo - Regreso a Tajonar 56 días después

Los jugadores de Osasuna fueron citados en la mañana del 8 de mayor para ejercitarse en las instalaciones deportivas de Tajonar de forma escalonada e individual y siguiendo siempre estrictas medidas sanitarias de seguridad.

Casi dos meses después de la última vez que se ejercitaron en su habitual escenario de trabajo. Los rojillos siguieron una serie innumerable de medidas en la vuelta al trabajo. Los jugadores llegaban en sus coches ya cambiados, pasaban por el control de temperatura y se entrenaban en total soledad. El 18 de mayo ya había sesiones con grupos de 9 jugadores y a final de mes ya se ejercitaban en tandas de 13 jugadores.17 de agosto - Sesiones de entrenamiento en grupo en pretemporada

Los jugadores de Osasuna retomaron los pertinentes entrenamientos de pretemporada el 13 de agosto. 29 jugadores -a falta del cierre de la plantilla y contando a los jugadores del filial- se entrenaron de manera individual en Tajonar sin la presencia de Arrasate, confinado en su domicilio al dar positivo. Bittor Alkiza dirigió la sesión. Los jugadores fueron llamados en tandas de dos en dos y con varios minutos de diferencia entre ellas, siguiendo un estricto protocolo.

Una vez superaron los segundos tests PCR, los jugadores pudieron regresar a los entrenamientos grupales. En septiembre se acordaron las normas 'anticovid' de la RFEF y LaLiga.

Finales de diciembre - El público regresa 'a medias' a Tajonar

En la segunda quincena de diciembre, las medidas preventivas para erradicar la pandemia permitieron la entrada de público a eventos deportivos. Es por ello por lo que Osasuna activó un sistema -todavía vigente- para controlar el aforo.

Cualquier aficionado que desea presenciar un encuentro del primer equipo femenino, del Promesas o del División de Honor, debe rellenar un formulario que expone el club hasta que se llene el aforo. Todo aquel aficionado que asiste a presenciar uno de los encuentros de los equipos mencionados, accede a las instalaciones por la puerta trasera, con el fin de evitar contacto con el primer equipo, donde se le es tomada la temperatura.