a casi segura continuidad en Primera división tras la victoria ante el Elche pondrá la guinda a un centenario aplazado y que habrá que conmemorar en diferido y a estadio lleno. De los eventos que en su día pudiera llegar a manejar Osasuna, ninguno alcanza la relevancia de cerrar el aniversario con la permanencia en el grupo de los grandes, de los históricos. Estar ahí después de cien años de vida habla de la buena salud del osasunismo y de un club que, además, recibirá una nueva inyección revitalizante en dosis de millones de euros. No vendrá mal en tiempo de ajustes económicos por la crisis general provocada por la pandemia. Y con un previsible encarecimiento de la plantilla a corto plazo. Es lo que ocurre cuando las cosas van bien en lo deportivo y Osasuna acumula ya un brillante ciclo de tres temporadas de la mano de Jagoba Arrasate. Los futbolistas, que observan cómo sube su valor en el mercado, piden mejoras de contrato mientras sus representantes hacen circular su currículum por clubes de toda Europa que buscan mejorar su plantilla. Al mismo tiempo, el interés de Osasuna por un determinado futbolista lleva al equipo propietario a elevar su cotización (partiendo de la base de que la mayoría de las cláusulas son inasumibles en una operación de traspaso y que hay que negociar, sobre todo cuando la vigencia del contrato está próxima a caducar). Y aquí la dirección deportiva debe andarse con pies de plomo, porque los recursos dan para lo que dan y, si alguien lo ha olvidado, los excesos en la época de Pachi Izco como presidente, pese al aplaudido éxito deportivo, acabaron saliendo caros. Así que rigor€ y cantera.

Por eso, la postpermanencia es un periodo complicado en los despachos. Y Osasuna maneja ahora mismo una nómina muy abultada de futbolistas. Rubén Martínez, Roncaglia y Adrián acaban contrato; Jony, Budimir, Manu Sánchez y Calleri están en calidad de cedidos; de Ramalho asegura el director deportivo del Girona que el acuerdo contempla que Osasuna se queda con el lateral. Luego están los futbolistas cedidos: Jaume Grau, Otegui, Brandon, Barbero, Marc Cardona€ Da para hacer dos equipos, con los chicos de Tajonar además llamando a la puerta.

Pero tanto como la obligación de atender a los numerosos pagos, al aficionado lo que le preocupa es la situación y el futuro de los jugadores relevantes, los pilares del equipo, si se quedan o se venden. Los dirigentes rojillos se sujetan en sus mensajes al valor de las cláusulas, que no hay rebaja posible en una transacción de salida, dicen, pero visto lo que sucedió con Chimy Ávila ¿se puede decir no a operaciones, pongamos por caso, de siete, ocho o nueve millones de euros, aunque no cubran el cien por cien de la cláusula? ¿Cómo fichas, si no, a un Budimir o a un Calleri? ¿Cómo compras gol, que es la primera necesidad de cualquier equipo? Sin perder de vista que una Superliga europea podría afectar a corto plazo a las inversiones en LaLiga de las plataformas de televisión. Ya digo, viene uno de los momentos importantes del curso. Porque sin cerrar una campaña hay que comenzar a ajustar la siguiente. La de los 101 años. Y la temporada número 40 en Primera. Casi nada.