- Guillermo Cuadra Fernández, el árbitro del partido de Osasuna en Valdebebas contra el Real Madrid, no tuvo excesivo trabajo porque fue un encuentro muy discreto en el número de faltas -9 para el Madrid y 12 para los rojillos-, pero hubo lo suficiente como para generar alguna polémica de la que tiran, con razón, los equipos pequeños cuando salen malparados de los partidos con los grandes.

Arrasate, que tuvo un intercambio de palabras muy explícito con el árbitro por culpa de esta jugada, se quejó de que a Lucas Torró le hicieran falta en la acción previa que terminó en el córner que derivó en el centro de Isco y en el remate de cabeza a gol de Militao. El nuevo fútbol -el de revisión- ha consagrado el seguimiento minucioso de cada prolegómeno que termine con el balón en la portería y los protagonistas, técnicos y jugadores, tienen a flor de piel esta variable.

Asumiendo que el gol es el mayor de los castigos del contrario, Osasuna también resultó especialmente damnificado en la jugada que vio dos tarjetas amarillas, las dos únicas del encuentro.

Las amonestaciones llegaron en el minuto 54, pero unos instantes hay que buscar el motivo del enfado de los jugadores de Osasuna. Blanco, el joven centrocampista del Real Madrid, había derribado a Javi Martínez, que le había rebasado con autoridad y quería marcharse con el balón en su poder para montar un ataque. El árbitro dejó seguir la carrera imposible del rojillo porque, trastabillado, no fue capaz de dar más allá de unos cuantos pasos. Ahí se quedó la acción, en una falta fragante.

Minutos más tarde, en la otra dirección, fue Javi Martínez quien derribó a Hazard que, fue amonestado, y la amarilla argumentada en el acta porque el osasunista derribó "a un adversario en la disputa del balón, evitando con ello un ataque prometedor". Algo no cuadraba y eso debió reclamar Oier, el capitán de Osasuna, en su lugar en la reserva en la grada. El cuarto árbitro, Alberto Gómez, advirtió al árbitro principal que castigó al osasunista por "formular observaciones de orden técnico a una de mis decisiones". Segunda amarilla por la misma jugada y, en el caso de Oier, la quinta del ciclo y descanso en San Mamés.