- Liverpool y Osasuna protagonizaron ayer un partido amistoso en Anfield en homenaje al malogrado Michael Robinson (Leicester, 12/7/1958-Madrid, 28/4/2020). Pero el verdadero tributo al que fuera jugador de ambos equipos y que falleciera hace poco más de un año víctima de un cáncer llegó en los prolegómenos del encuentro, justo antes del saque inicial. Cuando se escuchaban los compases finales del himno del cuadro local, el mítico You'll never walk alone, los 40.000 aficionados que se dieron cita en Anfield, los jugadores y técnicos de ambos conjuntos, así como los miembros del equipo arbitral, dedicaron un emocionante aplauso en memoria del homenajeado.

"Si Michael estuviera aquí, se habría sonrojado", espetó el periodista Carlos Martínez durante la retransmisión del partido en el canal #Vamos de Movistar, la plataforma en la que compartió infinidad de narraciones con el británico y en la que ambos forjaron una intensa amistad. #InolvidableRobinson fue el hashtag que presidió la retransmisión de un encuentro en el que Liverpool y Osasuna, cada uno con sus armas, ofrecieron un buen espectáculo pese a la superioridad del conjunto local.

En los aledaños del estadio también hubo algún recuerdo para Michael Robinson. Y es que en su primera temporada en el Liverpool, la 1983-1984, ganó el triplete (fue campeón de la Liga y la Copa inglesas, y también de Europa), por lo que fueron muchos los que dejaron flores y otros detalles en su memoria en los exteriores de Anfield.

Osasuna, club en el que el británico militó durante dos temporadas y media (entre 1986 y 1989) y en el que dejó una huella imborrable, también contribuyó a la fiesta en honor a Robinson con una camiseta exclusiva elaborada para una ocasión tan señalada, de color blanco para que no se confundiera con el rojo de la elástica del Liverpool y con una imagen del futbolista en la parte inferior.

En lo deportivo, el conjunto inglés, uno de los mejores del mundo pese a que ayer no contara con todas sus estrellas, demostró la superioridad que se le presupone sobre un Osasuna que dio la cara, no se rindió pese a alcanzar el descanso con un 3-0 en su contra y se marchó anotando un gol y con 22 futbolistas disfrutando de una experiencia histórica el día en el que Robinson se hizo eterno.