emos estado -casi siempre- en situaciones tan desesperadas que nos cuesta ponernos tremendistas con la situación liguera de Osasuna después de haber firmado una primera vuelta de 22 puntos y tener el descenso a 6. Pero está claro que hay demasiadas cosas que no funcionan. Al equipo que sabía a qué jugaba en el inicio de la temporada -sólido atrás, fluido con el balón, certero adelante- no se le ha vuelto a ver el pelo. Las dudas han sustituido a las certezas, y hay que enderezar esto antes de que se consuma del todo el colchón de 12 puntos que se llegó a tener y que la situación se convierta en un verdadero problema. Porque la permanencia parece cerca (cuatro o cinco victorias y algún empate, o poco más), pero hay que nadar hasta ella. “Debe de ser horrible estar enterrado en octubre”, escribía García Márquez, y podemos afirmar que sí, que no haber ganado en la Liga desde ese mes es una losa cada vez más horrible.