Osasuna espera que a lo largo de la próxima semana se plasmen los movimientos de los representantes de Aimar Oroz en la negociación que se mantiene para la ampliación de su contrato, que expira en 2026. Con casi tres años más por delante de vinculación con el club no hay prisa en cuanto a la ampliación del tiempo, pero las conversaciones se incardinan dentro de la valoración superior que se hace a un futbolista de indudable categoría, que está siendo uno de los destacados de la temporada y que llama la atención.

En el seno del club existe optimismo sobre el asunto porque la predisposición de Aimar Oroz para continuar en Osasuna es buena –así lo ha manifestado en múltiples oportunidades–, ya que es un futbolista con apego al club y afecto al proyecto, aunque habrá otras variables que pulir.

Oroz tiene una cláusula de 28 millones de euros y, aun siendo elevada, entrar a aumentarla se presenta como una dificultad lógica –así se considera desde Osasuna– que, además, debería llevar emparejada un aumento de sus percepciones económicas. Representantes del club también han expresado públicamente que la situación económica de Osasuna requiere de un planteamiento profundo de las operaciones –con otras palabras, hay que cuidar cualquier gasto–.

Aimar –que cumplirá 22 años en noviembre– se ha convertido en uno de los imprescindibles de Jagoba Arrasate desde que fuese titular en el primer partido de Liga de la pasada temporada y, con una presencia permanente en los planes del técnico, ya ha superado los 50 partidos con el primer equipo. El futbolista de Arazuri es el único jugador de la primera plantilla junto a Budimir que ha participado en todos los encuentros oficiales de este curso –los nueve de Liga y los dos de Liga Conferencia–. Todo el mundo quiere que se quede.