Osasuna se despidió ante la Real Sociedad de su tercer aventura de esta temporada, la Copa, tras haber dicho adiós de forma escalonada, y más o menos dolorosa, a la Liga Conferencia en agosto y a esa extrañeza de la Supercopa la semana pasada. La Liga va a exigir todos los esfuerzos, que no serán pocos, pero no deja de ser un calendario muy definido, la ruta habitual. El nuevo escenario competitivo para Osasuna afectará a la plantilla, porque las exigencias para los futbolistas van a ser menores en cuanto a número de encuentros. Esta situación hace que los técnicos del club se estén planteando de forma inminente la salida de algunos jugadores para aligerar de efectivos el plantel.

La marcha que se espera que se concrete de forma más o menos temprana es la de Nacho Vidal, que continúa entrenándose por su cuenta a la espera de que llegue alguna salida interesante. El lateral derecho, con una participación mínima que podría tener alguna posibilidad más de haberse seguido en la Copa, ha jugado ocho encuentros, sólo uno como titular. Vidal, 28 años, tiene por delante en el equipo a Areso y Rubén Peña, y la próxima temporada regresará Diego Moreno.

El otro futbolista al que se le quiere dar solución es Jorge Herrando. El joven central ha experimentado una interesante evolución pero, para seguir en esa línea, debe tener minutos. Esta temporada ha jugado únicamente cuatro encuentros, tres de Liga y uno de Copa, tres de ellos saliendo en el once inicial. El chaval, 22 años, figura en la lista de apetecibles del Burgos. Entre David García, Catena y Juan Cruz se están ventilando las obligaciones en el eje de la zaga.

Osasuna sólo contempla salidas y, en el caso de que por alguno de sus hombres por más cartel lleguen propuestas, tendrán que ser suculentas porque el mercado de invierno es exigente.