La vuelta a casa más especial de Raúl Chasco

Familiares y amigos aguardan expectantes la vuelta a casa de Raúl Chasco, jugador navarro del Valladolid, que divide los sentimientos de sus seres más queridos a la hora de preguntarles qué quieren que ocurra este sábado en el duelo que mide a Osasuna y el conjunto pucelano en El Sadar y que dará comienzo a partir de las 14.00 horas, quién sabe si con el de Burlada en el once de Pezzolano. Por un lado, desean que todo le vaya bien pero, por el otro, quieren que los rojillos sumen tres puntos.

Félix Echeverría, primo de Raúl, reconoce que “es una semana especial porque por un lado está el equipo al que amamos, y por otro lado está la familia. Yo tengo el corazón dividido. Por un lado, quiero que salga Raúl de titular, que juegue el partido, que lo haga bien, pero yo quiero la victoria de Osasuna”. En el otro lado, Íñigo Echeverría, primo, y Mariano Chasco, padre, optan por la “victoria de Rául”. “Ese día que gane la familia”, aboga el primero, mientras que el segundo no oculta la especial ilusión por “que juegue unos minutos si le toca en El Sadar, el campo al que siempre hemos ido a ver al equipo rojillo”.

Una fecha que nadie olvidará será la del 27 de septiembre de 2024. “Se intuía que podía estar en la dinámica del primer equipo y desde el primer partido de liga estaba con el equipo, salía a calentar varios días y ante el Mallorca, que no fuimos al campo, justo en el descanso entró porque se lesionó el lateral titular. Vino mi padre corriendo ‘¡Que va a salir! ¡Que va a salir!’. Fue muy emocionante, muy emotivo verle jugar”, rememora Iñaki, su hermano, mientras sus primos Víctor –que tiene a Raúl en su equipo del Fantasy– y Aitziber Echeverría no pierden detalle de la conversación en un segundo plano. “Más que el debut, que fue el día que no pudimos a verlo porque era un viernes a la noche, para mí su debut fue el día del Alavés, que pillaba cerca de Pamplona y fuimos varios a verlo. Cuando estábamos llegando a Vitoria vimos en las noticias que salía de titular. Muchos nervios, pero muy contentos”, matiza Mariano. Íñigo, por su parte, bromea con el corte de pelo que se hizo para la ocasión. 

Pese al debut, la personalidad de Raúl Chasco apenas ha cambiado. Su primo Félix recuerda que “al día siguiente (del partido ante el Alavés) tenía partido mi hija. Vuelvo a casa y me lo encuentro con mi hijo jugando a la play en casa. Después del partido había venido de sorpresa a ver a la familia”, a lo que su primo Íñigo recalca que “lo importante es la naturalidad que tiene a pesar de estar en el contexto en el que está. Empieza a ser un personaje público, pero tiene los pies en el suelo”. 

Preguntado por sus inicios, Mariano Chasco no se olvida de que “me he chupado varios partidos, casi todos. Le he visto disfrutar mucho. Ha estado muchísimos años en la Txantrea. Luego salió la oportunidad de ir a Bilbao, que llevaban a compañeros a tecnificaciones pero él nunca había ido. El último año en cadete lo hizo muy bien, fue dos días a probar en Lezama y se lo quedaron. En Bilbao estuvo cuatro años, tuvo momentos muy buenos, otros no tan buenos, y a partir del cuarto año se terminó la etapa en Lezama y le salió la de Valladolid, que no pensábamos, ni nos lo imaginábamos que podríamos terminar allá. El primer año, cambio de aires, le costó empezar, pero luego terminó bastante bien la temporada y este año, antes de empezar la pretemporada le llamaron que tenía que hacer la pretemporada con el primer equipo. Lo ha hecho bastante bien y de momento sigue en la dinámica del primer equipo. En Bilbao, al ser el mercado más cerrado, parece que tienes más posibilidades que en cualquier otro club que puede fichar gente de cualquier lado. Pero en esto del fútbol, muchas veces lo que parece fácil no ocurre, y al revés. Es muy difícil tener la suerte de que sucedan unas circunstancias en las que tú estés en el momento adecuado y que el que esté entrenado le gustes. Pero ha sido así” y desvela que en uno de esos partidos “cuando estaba en el Txantrea, iban a jugar un amistoso en Alsasua. Quedamos varios padres en el Decathlon, nos repartimos en varios coches y nosotros nos fuimos con otros. Llegamos a Alsasua y teníamos el bolso en el coche, que se había dejado hasta las botas”. 

Con un ápice de envidia sana, porque él estuvo a punto de llegar a donde ha llegado su primo, Íñigo no esconde que “cuando debuta ante el Mallorca me emocionaba porque he estado en esa situación y no he podido llegar. Es envidia sana, porque me alegro por él”, mientras que, con una sonrisa esbozada en el rostro, Iñaki admite que su hermano “es una persona con la que has compartido toda tu vida y verlo delante de 20.000 personas, es un orgullo muy grande”.