EN 1912 el tramo más ancho y espacioso de la actual calle de Mercaderes estaba ocupado por una manzana intermedia de casas, que dividía la zona en dos ámbitos bien diferenciados. Así había estado en los últimos 500 años, desde que fuera colmatada la zona abierta situada entre las murallas de los burgos de San Nicolás, San Cernin y Navarrería, que se levantaban a ambos lados del inmueble que ocupa el centro de la imagen.
La calle situada a la izquierda recibía el nombre de Calceteros, mientras que la de la derecha tenía, como hoy, el título oficial de calle de Mercaderes. El nombre de ambas rúas procedía de las antiguas agrupaciones gremiales, puesto que los artesanos medievales tendían a concentrarse en puntos concretos de la ciudad, dando así nombre a calles como estas de Calceteros y Mercaderes, o a otras como Zapatería, Calderería, Pellejerías (actual Jarauta), Carnicerías (actual Descalzos), Cuchillerías (actual San Francisco), Tecenderías (actual Ansoleaga) y Carpinterías (actual Estafeta). En concreto, la calle de Calceteros debía su nombre a los artesanos que fabricaban calzas (o calcetas), que se habían segregado del gremio de los sastres para el año 1585, según dejó escrito el doctor Arazuri. En la fotografía vemos la manzana de Calceteros en sus últimos años de vida, puesto que sería demolida tan solo dos años después, en 1914.
HOY EN DÍA la calle presenta un aspecto ciertamente diferente al de la fotografía antigua, y así, algunos vecinos del entorno más inmediato a los que enseñé la imagen de 1912, torcieron el gesto y tardaron algunos segundos en reconocer la zona. Una mirada atenta nos revela, sin embargo, que salvada la reseñada demolición del inmueble central, la calle ha cambiado muy poco en los 99 años transcurridos.
Vemos, a la derecha, que ha desaparecido la Librería de don Regino Bescansa, que ocupó el nº 25 de la calle Mercaderes al menos desde 1863. Afortunadamente, y esto ocurre pocas veces en Pamplona, ha sobrevivido la estructura externa del antiguo local comercial, con sus falsos balconcillos y su carpintería preciosista. En los pisos superiores, la disposición de ventanas y balcones sigue igualmente intacta. Por el lado izquierdo vemos que falta también el comercio de R. Ayestarán, al inicio de Estafeta, que al parecer estaba dedicado a la venta de tejidos. Puede apreciarse que permanece inalterado el balcón que abría la imagen por la izquierda en la foto de 1912, con su forja a base de motivos ovalados, certificando de forma definitiva la exacta correspondencia de ambas fotografías. En la parte central de la foto, preside la zona la casa que va ocupada por una conocida entidad bancaria, inmueble que en la foto de 1912 tan solo se adivinaba, oculto por la manzana de Calceteros.