Comercios en miniatura

La joyería Daniel Garnica de Iturrama, el puesto de frutos secos y pastas Marta Novelle del mercado del Segundo Ensanche, o el quiosco de prensa y chucherías de la plaza de Recoletas son algunos de estos negocios que se resisten a la tentación de las grandes superficies y apuestan por ofrecer sus cientos de productos en un espacio reducido.

Joyería daniel garnica

Juego de espejos y blancos

En apenas 10 m2, Daniel Garnica Enériz vende y arregla todo tipo de artículos de joyería. A sus 36 años, conoce el oficio desde hace más de 15, ya que su padre también era dueño de una joyería de Pamplona. Para este joven, el pequeño tamaño del comercio que desde 2005 regenta en la calle Iturrama no es un impedimento, aunque cree que si tuviera más espacio vendería más productos. "Yo ya sabía cómo era el local cuando lo compré, e hice la reforma pensando en que pareciera más grande", cuenta. Garnica, que jugó con varios espejos y un fondo blanco para que su pequeña joyería no lo pareciera tanto, afirma que el mostrador "está donde está porque no podía ponerlo en otro sitio". "No puedo engordar ni un gramo porque si lo hago no quepo por él", bromea.

Para el joyero y gemólogo, la mejor forma de aprovechar su negocio en estos tiempos de crisis es ofrecer género outlet o tasar joyas de oro antiguas y cambiarlas por otros productos o dinero, mediante el cada vez más popular compro oro. Según Garnica, son muchas las personas que tienen joyas de oro olvidadas en los cajones, "de las que no son ni conscientes". "Yo lo que quiero es que si alguien tiene el capricho de comprarse un reloj nuevo, esto no le suponga un gran esfuerzo y pueda hacerlo a cambio de joyas que no usa", explica.

frutoS y pastas marta novelle

Compras al día

De los 74 puestos de carnicería, pescadería, pastelería, fruta y verdura que alberga el mercado del Segundo Ensanche de la ciudad, el reducido tamaño de uno de ellos destaca entre el resto. Se trata del puesto de frutos secos y pastas Marta Novelle, que en 12 m2 reúne otra particularidad dentro de la lonja, al ser uno de los pocos que ofrece productos ecológicos y dietéticos.

La pamplonesa Marta Novelle Vaquero, de 46 años, cuenta que fue hace 14 años, al verse sin trabajo, cuando se lanzó a montar su propio negocio. "Estaba en el paro y vi que se anunciaba un puesto en el periódico, y como era de frutos secos le vi posibilidades al tema que quería desarrollar desde hace tiempo", explica en referencia a los productos ecológicos y dietéticos que ofrece.

Los escasos m2 del puesto no son un inconveniente para Novelle. "Sí que me gustaría tener un poco más de espacio, para exponer los productos de otra manera por ejemplo, pero estoy contenta porque para mí sola está muy bien y lo tengo bien apañado", afirma. Además, esta emprendedora sabe cómo transformar los inconvenientes en ventajas. Al no poder almacenar grandes cantidades de género tiene que adquirirlo a diario a los proveedores, lo que hace que "sea fresco y vaya rotando".

kiosco gabriel gonzález

Chucherías y prensa

Combatiendo las altas temperaturas en el reducido espacio del kiosco de la plaza de Recoletas, Gabriel González es una de las tres personas que todavía se dedican a esta actividad en Pamplona. Existe otro kiosco de prensa en la avenida San Ignacio, y otro de chucherías en Antoniutti. González combina ambas actividades en la conocida como plaza de los Ajos.

Este donostiarra explica que la tarea de organización en su kiosco es cada vez más sencilla porque ya no se vende tanta prensa como antes. "Cada vez traigo menos ejemplares, y aún y todo tengo que devolver algunos", asegura.

Más que en un inconveniente, Garnica, Novelle y González convierten su reducido tamaño en su carta de presentación. Una peculiaridad que hace que sus comercios sean diferentes y llamativos dentro de la ciudad.